Ciudad Juárez (México), 11 ene (EFE).- La fronteriza Ciudad Juárez, que ha vivido el ‘nearshoring’ o relocalización de empresas “mucho antes de que se inventara la palabra”, prevé un “crecimiento muy grande” por la profundización de esta tendencia económica, al constatar que “todas las naves industriales de la ciudad están ocupadas”, indicó el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, en una entrevista con EFE.
“Todas las naves industriales que tenemos están ocupadas y todas las que se están construyendo están ocupadas. Si vas a una nave en construcción y preguntas, te dicen que ya la tienen rentada para cuando esté terminada”, sostuvo Cuéllar en la sede de la presidencia municipal de Ciudad Juárez, a escasos metros de la frontera con EE.UU.
Puso el ejemplo de varias empresas taiwanesas que tienen aquí su base de operación y que ahora, gracias a la relocalización, traerán todas las empresas que los proveen a ellos.
“Aquí en Juárez existió el ‘nearshoring’ o relocalización mucho antes de que se inventara la palabra. Esta nueva realidad de la relocalización sí que nos va a impactar y de manera positiva. Se viene un crecimiento muy grande”, apuntó.
El intercambio comercial entre Ciudad Juárez (Chihuahua, México) y El Paso (Texas, EE.UU.) es incesante y los cruces fronterizos están plagados de grandes camiones que transitan en ambas direcciones.
México se ha convertido en 2023 ya en el primer socio comercial de EE.UU. no solo en importación, también en exportación, gracias en gran medida al nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que entró en vigor en 2020, y por la batalla comercial entre el país norteamericano y China.
Asimismo, la fragilidad de las cadenas de suministro globales desvelada por la pandemia de la covid-19 ha hecho que muchas empresas busquen instalarse ahora en México para contar con una mayor agilidad logística y aprovechar la proximidad a EE.UU., el mayor mercado del mundo.
La localidad fronteriza, de un millón y medio de habitantes, fue una las primeras en aprovechar la integración económica con el desarrollo de la industria de las maquiladoras, plantas de ensamblaje de empresas internacionales que aprovechan la mano de obra barata y la proximidad a Estados Unidos para instalarse en Ciudad Juárez.
Las primeras maquilas datan de finales de la década de 1960, y desde entonces se han convertido en el gran motor de crecimiento de la ciudad.
Cuéllar destacó a EFE que una de las novedades de la relocalización que se está viendo en la actualidad es que “la mano de obra barata no es tan atractiva como antes”.
“Primero, porque hay una exigencia de nuestros socios comerciales, EE.UU. y Canadá, de que se pague mejor. Y porque se usa menos mano de obra allá, y se tiene que utilizar mano de obra mejor cualificada y que se tiene que pagar mejor, lo que es una ventaja para Ciudad Juárez y sus trabajadores”, afirmó.