Washington 23 (EFE).- La distribución de filtros para el agua a familias hispanas de bajos ingresos puede reducir el consumo de bebidas azucaradas que contribuyen a padecimientos como las caries, la obesidad y la diabetes, según estudios que difundió hoy la Universidad George Washington (GWU).
Las poblaciones de bajos ingresos y de minorías en Estados Unidos son menos propensas a beber el agua corriente y tienen nociones negativas acerca del agua de la canilla, y esto se ha vinculado con un mayor consumo de sodas y otras bebidas con alto contenido de azúcar.
Dos investigaciones hechas por el Instituto Milken de Salud Pública en la Universidad George Washington indican que la provisión a esas familias de cántaros para el filtrado del agua ofrece un método barato para el filtrado del líquido en los hogares.
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“Estas conclusiones son las primeras que confirman que la provisión de acceso a agua corriente asequible, limpia y sin sabor en Estados Unidos puede reducir significativamente el consumo de bebidas azucaradas”, dijo Uriyoán Colón Ramos, profesora en GWU y autora principal de ambos artículos.
En la primera investigación, Colón y sus colegas estudiaron 92 familias de bebés y niños pequeños enrolados en programas que atienden a comunidades predominantemente hispanas de bajos ingresos en el área metropolitana de Washington DC.
Los científicos encontraron que, cuando se les da un filtro de agua, y aun sin otra intervención, las familias son más propensas a beber más agua y eso ha reducido significativamente su ingesta de bebidas azucaradas.
Para el segundo estudio Colón y su equipo se enfocaron en explicar cómo el cántaro barato para el filtro de agua ayuda a que las familias recorten su consumo de bebidas azucaradas y aumenten el de agua.
El equipó realizó entrevistas a profundidad y halló que el uso del filtro mejoró el sabor del agua de la canilla y aumentó las percepciones de los padres respecto a la seguridad del agua. Con agua segura y agradable al gusto, los padres no sintieron que debían comprar agua embotellada o racionar el consumo del líquido tanto como antes.
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El incremento en el consumo de agua sustituyó la ingesta de otros líquidos como bebidas azucaradas, jugos de fruta o bebidas para deportistas.
“Ya sabíamos que beber agua potable es bueno para la salud. Las Naciones Unidas indican que el acceso suficiente, limpio, aceptable, accesible y asequible al agua es un derecho humano”, apuntó Colón.
La investigación “demuestra que el estatus nutricional y los comportamientos dietéticos pueden mejorar significativamente los hábitos de salud familiar, y que estas prácticas de nutrición temprano en la vida pueden tener un efecto profundo y para toda la vida en los niños”, señaló William Dietz, del Centro Redstone Gobal para Prevención y Bienestar, que ayudó a financiar los estudios.