Tucson (AZ), 1 feb (EFE).- El congresista demócrata Rubén Gallego dice en entrevista con EFE que espera contar con el voto latino para convertirse en 2024 en el primer senador hispano por el estado de Arizona y reemplazar así a quien fuera su colega demócrata, la senadora Kyrsten Sinema, ahora independiente.
Hijo de padre mexicano y madre colombiana, el demócrata, que anunció hace unas semanas su aspiración al Senado, tanto en inglés como español, calificó de “extremadamente importante” el voto latino para su cometido, al considerar que es uno de los segmentos de la población de mayor crecimiento en Arizona.
“Tenemos que lograr no solo el apoyo de los votantes latinos, sino que también salgan a votar”, enfatizó el congresista de 43 años, quien este fin de semana comenzó sus recorridos de campaña por varias ciudades de Arizona, entre ellas Tucson.
El hispano, que señaló que ya recolectó un millón de dólares en donaciones solo el fin de semana, recordó que apoyó a Sinema en la campaña por Arizona y criticó los votos negativos de la senadora a propuestas que considera beneficiosas para los menos afortunados.
“Yo creí en Sinema, caminé bajo el sol de Arizona, toque puertas, para que la gente la eligiera’, indicó Gallego, congresista por el Tercer Distrito de Arizona desde 2015.
Considera que la senadora se “olvidó” de los residentes de Arizona, de las personas que la eligieron, “favoreciendo a los ricos y poderosos” sobre las necesidades de las comunidades de la fronteriza Arizona.
En la entrevista telefónica, Gallego criticó a los “negacionistas” de las elecciones en las que pierden candidatos republicanos, como la trumpista Kari Lake.
La republicana, que no acepta aún su derrota por como candidata a la Gobernación de Arizona, empezó a sonar como posible aspirante al escaño de Sinema el próximo año y ha convertido a Gallego en blanco de sus críticas.
“Estoy listo para enfrentar a quien sea, no tengo miedo de nadie, siempre he sido un luchador”, expresó Gallego, quien fue el primero de su familia en graduarse de una universidad, la de Harvard, donde estudió Relaciones Internacionales.
Subrayó su disposición para enfrentar a la “extrema derecha” y los “negadores de elecciones”.
“Vamos a combatir este movimiento dañino con la verdad y con patriotismo, creo que los estadounidenses creen en el gobierno, en una transición pacífica de poder”, aseguró.
HAY QUE QUITAR PRESIÓN A LA FRONTERA
El congresista de Arizona además urgió al Gobierno federal a mejorar la situación migratoria trabajando con otras ciudades, estados y organizaciones sin fines de lucro para que los migrantes puedan ser procesados lejos de la frontera.
“Debemos de encontrar un camino para aliviar el peso que están teniendo las ciudades fronterizas, quien a pesar de tener toda la intención de ayudar, sus esfuerzos se están viendo sobrepasados”, dijo.
Sobre el polémico Título 42, de expulsión expedita de extranjeros en la frontera, Gallego dijo que antes de eliminarla se deben de crear alternativas que alivien la crisis migratoria, ya que de lo contrario los más afectados serán los mismos migrantes.
Insta igualmente a un incremento de caminos legales para los solicitantes de asilo, así como una reforma migratoria que permita legalizar el estatus de más de ocho millones de indocumentados que se estima viven en este país.
“Debemos representar nuestros valores y darles a los solicitantes de asilo la oportunidad de presentar sus casos de una forma ordenada, no queremos que se siga presentando el caos que actualmente tenemos en la frontera, queremos que la gente pueda aplicar en sus países de origen o en otros países”, precisó.
“No debemos olvidarnos de los soñadores, debemos de otorgarles un camino a la ciudadanía rápidamente, ellos son un caso especial”, agregó Gallego, quien ocupa en el Congreso el escaño que dejó el fallecido Ed Pastor, el primer congresista hispano por Arizona.
Además, como veterano del Ejército, el congresista ha tratado de impulsar una legislación para ayudar a los veteranos que han sido deportados de Estados Unidos para su regreso de forma legal.
“Yo combatí en Irak junto a muchos soldados que tenían solo una “tarjeta verde” (residencia legal permanente), pero muchos de estos veteranos están siendo deportados por cometer un crimen muchas veces provocado por problemas mentales relacionados con el trauma que vivieron en la guerra”, indicó el congresista.