Así como el ritmo circadiano controla el que tengamos sueño, pasa lo mismo con el hambre, señala la doctora Marie-Pierre St-Onge, profesora en la Universidad de Columbia e investigadora del impacto del comportamiento en el control del peso en el Centro de Investigación sobre la Obesidad y la Nutrición en Nueva York. “El metabolismo es distinto en cada individuo y la hora en la que consumes tu comida en relación con tu ritmo circadiano puede influir en la pérdida de peso”, explica. El ritmo circadiano también controla la secreción de insulina del cuerpo, añade. Si comes a una hora en la que el cuerpo es menos sensible a la insulina, puede que te sea más complicado perder peso.
Relacionada: Mejor ejercicio para quemar grasa. Aunque la hora de la comida puede influir en el tamaño de tu cintura, los investigadores no encontraron ninguna diferencia en la pérdida de peso cuando analizaron los horarios del desayuno y la cena. Esto puede deberse a que el estudio se realizó en España, en donde casi la mitad de las calorías se consumen a la hora de la comida.
Relacionada: ¿La pasta te hace engordar? De hecho, la gente que hace comidas más grandes puede tener una ventaja: estudios previos sugieren que la gente que tiene la comida como alimento principal del día pierde más peso y tiene un índice de masa corporal menor. Es posible que tú te saltes de vez en cuando el desayuno, lo que también contribuye a ganar peso, comenta St-Onge. “Si ves cómo comemos en América, notarás que se comen pocas calorías en el desayuno y la comida. Si sumas la ingesta calórica del desayuno y la comida, tendrás más o menos el 40 por ciento de las calorías que consumes en el día y la cena y tus snacks representan el otro 60 por ciento”. Es necesaria más investigación sobre el impacto del horario de tus alimentos, explica. Sin embargo, si notas que estás comiendo saludable, pero aun así tienes problemas para eliminar esos últimos kilos, hacer de la comida tu alimento principal del día (y comerla antes de las tres) puede ser un buen inicio.