Nueva York, 8 dic (EFE).- La Comisión Federal de Comercio (FTC, en inglés) de Estados Unidos anunció este jueves una demanda para buscar que se paralice la adquisición de Activision Blizzard, una de las mayores firmas de videojuegos del mundo, por parte de Microsoft, una operación valorada en unos 69.000 millones de dólares.
Según la FTC, la compra perjudicaría a los consumidores, pues permitiría a Microsoft dañar la competencia en el sector del videojuego al pasar a controlar importantes franquicias desarrolladas por Activision como “Warcraft”, “Call of Duty” o “Candy Crush”.
La demanda supone una de las acciones más contundentes emprendidas en los últimos años por los reguladores estadounidenses para tratar de controlar el poder de los gigantes tecnológicos.
Microsoft anunció el pasado febrero la compra de Activision por casi 69.000 millones de dólares en efectivo, en lo que sería la mayor adquisición en la historia de la empresa estadounidense, la mayor operación de este tipo vista en el mundo de los videojuegos y una de las mayores en el ámbito tecnológico en general.
Con Activision, Microsoft preveía convertirse en la tercera compañía del sector del videojuego, sólo por detrás de Tencent y Sony.
La fusión estaba siendo investigada por reguladores de distintos países, pero la FTC es la primera que se pronuncia oficialmente y lo hace para oponerse a la operación.
“Hoy buscamos impedir que Microsoft logre el control del mayor estudio independiente de juegos y dañe la competencia en varios mercados de videojuegos dinámicos y de rápido crecimiento”, explicó en un comunicado Holly Vedova, la directora de la oficina de Competencia de la FTC.
Según el regulador estadounidense, la empresa tecnológica ya ha buscado en el pasado limitar acceso a contenidos a sus rivales en el sector de los videojuegos, ofreciendo juegos de empresas que ha adquirido sólo en sus consolas Xbox y en su propio servicio de suscripción.
Con la compra de Activision, apunta la FTC, podría hacer lo mismo con algunos de los títulos más populares del mundo como “Call of Duty”, “World of Warcraft”, “Diablo” y “Overwatch”, que actualmente se ofrecen para distintos dispositivos.
También tendría capacidad para manipular los precios de Activision, retrasar el acceso a juegos para otras plataformas o degradar la experiencia de juego en otras consolas.
En los últimos meses, Microsoft ha tratado de apaciguar a los reguladores con algunas medidas, por ejemplo ofreciendo acceso a Sony al juego “Call of Duty” por un periodo de diez años o llevarlo a las consolas de Nintendo, donde ahora no está disponible, si se cerraba la compra.
Microsoft adelantó hoy que no tiene previsto abandonar la operación y que disputará ante la Justicia los argumentos de la FTC.
“Seguimos pensando que este acuerdo ampliará la competencia y creará más oportunidades para los jugadores y los desarrolladores de videojuegos”, dijo el presidente de Microsoft, Brad Smith, en un comunicado remitido a varios medios.
Tras conocerse el anuncio de la FTC, las acciones de Activision en Wall Street sufrieron un claro bajón, aunque no tardaron en recuperar parte de las pérdidas y a falta de 45 minutos para el cierre de la bolsa retrocedían un 1,40 %.
Las de Microsoft, mientras tanto, no vieron un impacto demasiado grande y a falta de tres cuartos de hora para el sonar de la campana ganaban un 1,10 %.