Washington, 7 dic (EFE).- Catherine Cortez Masto es la única senadora de origen latino en la Cámara Alta de Estados Unidos y tras haber renovado su cargo en noviembre afronta una nueva legislatura con una premisa clara: “Los demócratas no pueden dar por sentados a los latinos”, explica en entrevista con EFE.
Representante de Nevada desde 2017, se impuso al republicano Adam Laxalt en los comicios de medio mandato y aseguró con su victoria que los progresistas mantuvieran el control del Senado en el nuevo ciclo legislativo que comienza el 3 de enero.
La Cámara Alta tiene actualmente cuatro senadores demócratas de origen latino (Cortez Masto, Alex Padilla, Ben Ray Luján y Robert Menéndez) y dos republicanos (Ted Cruz y Marco Rubio). “Necesitamos hacer más. El gobierno y la gente que trabaja en el gobierno deberían ser un reflejo de la población estadounidense”, sostiene la legisladora.
Nacida hace 58 años en Las Vegas y licenciada en leyes, peleó por mantenerse en el cargo en un estado donde los latinos representan casi un tercio del censo.
“Quieren encontrar trabajos bien pagados y un servicio sanitario asequible, y eso es algo por lo que yo siempre he luchado. (…) Estoy muy orgullosa de haber tenido el apoyo de latinos demócratas y republicanos. Se trata de estar presente y comprometida”, recalca la senadora.
Una amplia encuesta efectuada a 5.400 votantes latinos en los comicios de noviembre reflejó que casi dos terceras partes de los electores hispanos apoyaron a los candidatos demócratas y les otorgaron un respaldo mayoritario precisamente en estados clave como Nevada, Georgia o Pensilvania.
La economía y la inflación encabezaron sus preocupaciones, pero también los derechos reproductivos de las mujeres, el aborto, la inmigración, el cambio climático y el extremismo político.
“Me voy a centrar en mantener los precios bajos para las familias y en combatir la inflación. Hay que asegurarse de que Estados Unidos es independiente a nivel energético y evitar que las grandes petroleras ahoguen a nuestras familias”, sostiene Cortez Masto, de orígenes mexicanos.
Su legado personal formó parte de sus anuncios de campaña. Anuncios que recordaron que su abuelo llegó desde México a Estados Unidos y luchó en la II Guerra Mundial, que su padre trabajó como aparcacoches en hoteles de Las Vegas y que ella y su hermana fueron las primeras universitarias de su familia.
Cortez Masto ve necesario que se construya vivienda asequible para la clase media y que haya más recursos para las necesidades de salud mental tanto en Nevada como en el resto del país.
El electorado latino también considera prioritario conceder una protección definitiva a los llamados “dreamers” (soñadores), beneficiarios del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), y ella respalda esa lucha.
En la Cámara Alta se está negociando actualmente un acuerdo bipartidista cuyos partidarios esperan ver aprobado antes de final de año, evitando así que el cambio de ciclo en enero complique las negociaciones cuando los republicanos recuperen el poder de la Cámara de Representantes.
“Podemos proteger nuestras fronteras y destinar más recursos a su seguridad al mismo tiempo en que trabajamos en una reforma migratoria que trata a la gente con dignidad. Eso incluye hacer algo por los ‘dreamers’ y por quienes se benefician del Estatuto de Protección Temporal (TPS)”, añade la senadora en conversación telefónica.
Eso incluye también, según concluye, “poner en el camino de la ciudadanía a aquellos que son ya una parte integral de nuestra comunidad, que quieren pagar impuestos, contribuir a la economía y crear trabajos. Es lo correcto y algo sobre lo que no me rendiré”.