Washington, 21 nov (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos instó a los líderes de Serbia y Kosovo a que hagan concesiones para llegar a un acuerdo que alivie la tensión entre el país balcánico y su exprovincia sobre la crisis de las matrículas.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, manifestó en un comunicado “la decepción de su país” por el fracaso de los dirigentes de ambos territorios en llegar a un acuerdo, mediado por el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Joseph Borrell.
Price urgió al primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, y al presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, a que hagan concesiones con el fin de asegurar que “no se ponen en peligro décadas de una paz que ha costado alcanzar en una región frágil”.
Kurti y Vucic no consiguieron cerrar este lunes en Bruselas un acuerdo sobre la crisis de las matrículas, por lo que la UE les pidió compromisos concretos.
Ambos fueron convocados por Borrell en la capital belga horas antes de que cumpliera el plazo para llegar a un acuerdo que evitara nuevos enfrentamientos por las matrículas que usan los serbokosovares.
Borrell aseguró que este lunes presentó una propuesta a Vucic y a Kurti que el serbio aceptó pero, “tristemente”, no el kosovar.
En el caso de Kurti, el portavoz estadounidense le pidió que trabaje con Borrell y con el enviado de la UE para el diálogo de Kosovo y Serbia, Miroslav Lajcak, para “lograr un compromiso justo”.
“Nos unimos a la UE en el llamamiento a Kosovo para que suspenda de inmediato cualquier medida planeada que pueda aumentar las tensiones, incluyendo la imposición de multas a vehículos”, indicó Price.
En ese sentido, afirmó que ambas partes deberían abstenerse de adoptar “medidas provocadoras”, cumplir con sus obligaciones bajo el diálogo facilitado por la UE y comprometerse de forma constructiva con la búsqueda de una solución sostenible.
Las tensiones se dispararon el domingo en la frontera entre Kosovo y Serbia después de que la Policía kosovar prohibiera la entrada de vehículos con matrícula serbia, lo que ha despertado protestas.
La única forma de acceder a Kosovo es sustituir las matrículas serbias por unas “temporales”, válidas durante 60 días, además del pago de unos cinco euros (unos 5,12 dólares), una medida que causó tensiones en el norte de Kosovo, poblado por una mayoría serbia.
La Policía de Serbia lleva años quitando las matrículas kosovares de los vehículos que entran a Serbia, y la decisión de Pristina parece una respuesta a esa política.
Los serbios kosovares y Belgrado aseguran que la medida afecta la libertad de movimientos y las actividades económicas, sanitarias y otras de la población serbia en Kosovo, antigua provincia serbia de mayoría albanesa que en 2008 proclamó su independencia, pero que Belgrado no reconoce.