Tucson (AZ), 16 sep (EFE).- Residentes latinos de Texas que viven en zonas fronterizas con México denuncian acoso, discriminación y detenciones injustificadas por parte de los oficiales desplegados por el gobernador Greg Abbott como parte de su polémica Operación Estrella Solitaria, que busca detener el flujo migratorio.
“Cuando comenzó la Operación Estrella Solitaria sinceramente no nos importó. Sin embargo, de pronto nos vimos inundados de oficiales y comenzamos a notar cómo cada vez con más frecuencia quienes vivimos aquí, particularmente los de origen latino, somos detenidos y obligados a presentar identificaciones”, dijo a Efe Moisés Lozano, residente de la comunidad fronteriza de Brackettville, condado de Kinney.
La situación ha llegado al punto que Lozano instaló cámaras de vídeo en sus autos y él mismo porta una cámara, dispuesto a grabar cualquier detención injustificada contra él o sus vecinos.
En marzo de 2021, Abbott puso en marcha la Operación Estrella Solitaria, ordenando a los oficiales del Departamento de Seguridad Pública (DPS) de Texas detener a migrantes indocumentados que cruzan la frontera.
Asimismo, envió a la Guardia Nacional a la frontera y declaró “zona de desastre” en 53 condados, muchos de los cuales tienen una población mayoritariamente latina.
Lozano, de 62 años, asegura que ha sido detenido al manejar su camioneta vieja pero nunca cuando conduce su auto más nuevo.
“La primera vez que me detuvieron me dijeron que era porque mi camioneta tenía vidrios oscuros. Mi camioneta siempre ha tenido vidrios oscuros y nunca antes me habían detenido; sólo buscaban una excusa”, expuso.
Aseguró que esto les ocurre cada vez con más frecuencia a los conductores latinos, que son detenidos y sus autos muchas veces revisados sin orden legal.
Brackettville es una comunidad rural a 30 millas (48 kilómetros) de la frontera con México con menos de 2.000 residentes, de los que 83 % son latinos, de acuerdo con datos del Censo.
Las quejas están siendo documentadas por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) y el Proyecto de Derechos Civiles de Texas (TCRP). De acuerdo con estos grupos, desde que comenzó la operación los citatorios entregados a conductores se han cuadruplicado solamente en el condado de Kinney.
El número de agentes del DPS asignados a ese condado también se ha triplicado desde que comenzó la controvertida operación contra la inmigración indocumentada.
JUEGO SUCIO
“Si un oficial del DPS ve a una familia en un auto viejo, de inmediato los acosan y los detienen”, aseguró Lozano, veterano retirado de las Fuerzas Armadas, quien asegura que uno de sus vecinos fue amenazado por un agente con enviar a la cárcel juvenil a sus hijos si no presentaba sus identificaciones.
Lozano, que tiene cuatro años viviendo en esa comunidad, constantemente saca a pasear en auto a un vecino que tiene demencia, y frecuentemente es “seguido” por agentes del DPS.
En una ocasión un agente lo siguió hasta su casa y antes de que entrara el oficial lo iluminó con las luces de su patrulla, pidiéndole que se detuviera. “Me dijo que me detenía porque la placa de mi auto no correspondía a la información en el registro”, refirió.
Indicó que a pesar de que le pidió que verificara nuevamente la información, el agente se rehusó.
“Me negué a jugar su sucio juego y le exigí que me mostrara algo que decía que mi placa no correspondía, y le pedí que llamara a uno de sus supervisores”, dijo.
Cansado de lo que considera “abusos”, Lozano presentó una denuncia formal contra el agente del DPS y desde entonces instaló y porta cámaras de vídeo.
“Cuando los agentes ven la cámara se van. Es más efectiva que si portaras un rifle; no quieren que la gente sepa lo que está pasando”, aseveró.
Erin Thorn, abogada de TCRP, dijo a Efe que las cifras de citatorios y conductores detenidos, especialmente latinos, se han incrementado considerablemente en todos los condados fronterizos de Texas.
Considera que uno de los aspectos más preocupantes es que las detenciones están basadas solamente en el “capricho” del agente. Otro hecho alarmante, asegura, son las constantes persecuciones policiacas que se reportan en esas comunidades, las cuales han resultado en serios accidentes o en fatalidades.
ACLU y TCRP enviaron una misiva pidiendo al Departamento de Justicia de Estados Unidos investigar la legalidad de la Operación Estrella Solitaria, cuestionando el hecho de que migrantes indocumentados sean arrestados y encarcelados bajo cargos de invasión de propiedad. Pero recientemente enviaron una enmienda a su petición agregando el acoso que sufren los residentes de comunidades fronterizas.
Aunque la abogada no quiso utilizar la expresión “perfil racial”, asegura que las estadísticas del mismo DPS son muy claras y se nota el incremento en los citatorios a conductores latinos.
“Esto está ocurriendo en nuestras calles, en nuestros vecindarios. Ya no puedes salir a la calle porque de inmediato te sigue una patrulla o te detiene”, dijo Miguel, residente de condado Kinney cuya familia ha vivido allí por tres décadas.
Aseguró que si alguien es latino, maneja un auto viejo y viaja con su familia lo van a obligar a presentar identificaciones, no sólo del conductor sino de los pasajeros. Relató que esto ocurre las 24 horas del día, pero si se atreven a salir de noche es seguro que serán detenidos.
“Somos una comunidad pacífica, tranquila. Nunca habíamos visto tantas patrullas por todos lados. Y ¿para qué? Los inmigrantes siguen cruzando y ahora Texas los está enviando gratis en camiones a otros estados”, finalizó.