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Washington, 12 sep (EFE).- La NASA se prepara para emprender una misión digna de una película: estrellar una nave no tripulada de 330 millones de dólares contra un asteroide para desviar su trayectoria, en un viaje que supone la culminación de más de cinco años de trabajo de un equipo de científicos en Estados Unidos, que busca defender a la Tierra de amenazas espaciales.
El 26 de septiembre la nave DART tiene previsto chocar intencionalmente con el asteroide Dimorphos, ubicado a 11 millones de kilómetros de la Tierra, para poner a prueba una nueva tecnología que busca proteger nuestro planeta de posibles colisiones de objetos espaciales.
El viaje kamikaze de la nave de Prueba de redireccionamiento del asteroide doble (DART) es la conclusión de casi cinco años de trabajo por parte de un equipo de científicos de la NASA. Pero, a su vez, es el primer paso en lo que los investigadores esperan que sea una tecnología que se use en el futuro para prevenir que un asteroide impacte en la Tierra.
“Es algo verdaderamente histórico. Me emociona que estemos moviéndonos de algo que se veía como ficticio y estemos tomando un paso para hacerlo más real”, dijo este lunes Nancy Chabot, una de las principales investigadoras que trabajan en la nave DART, cuyo desarrollo y construcción asciende a los 330 millones de dólares.
El objetivo a largo plazo, aseguró, es desarrollar esta tecnología para localizar posibles amenazas y desviarlas antes de que constituyan un peligro inminente.
En una charla con periodistas, Chabot contó cómo de pequeña creció apasionada por la ciencia ficción, como la película Armageddon, donde el personaje protagonizado por Bruce Willis forma parte de una misión para destruir un asteroide que se acerca a la Tierra.
La gran diferencia entre lo que planteó Hollywwod y la misión en la que se embarca Chabot y el grupo de científicos de la NASA es que la meta es “desviar, no destruir”.
“No es explotar el asteroide en millones de pedazos, sino (darle) un pequeño empujón”, explicó la investigadora.
La idea es la siguiente: hacer una prueba para obtener datos y comprobar si es posible que una nave desvíe la trayectoria de un asteroide. Para hacerlo, la nave impactará contra Dimorphos, un pequeño asteroide de 160 metros de diámetro que gira en torno a uno más grande llamado Didymos y que forman lo que se conoce como un sistema de asteroide doble.
Chocar contra este sistema y no contra una roca espacial solitaria hace que sea mucho más sencillo y rentable para los investigadores analizar el impacto de la colisión, comprobar que en efecto logró desviar su trayectoria y de qué manera.
“Podemos medirlo porque ya sabemos cuánto tarda Dermophus en dar la vuelta a Dynamos: once horas y 55 minutos”, lo que permite a los investigadores tomar las medidas de su trayectoria cada doce horas por medio de telescopios.
La misión DART forma parte de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA, fundada en el 2016 con el objetivo de detectar y estudiar los objetos cercanos a la tierra, categoría que engloba asteroides y cometas que orbitan el sol.
La oficina ha identificado un 95% de todos los objetos cercanos que tienen más de un kilómetro de diámetro y alrededor de un 50% de aquellos que miden menos de 900 metros.
El impacto de un asteroide más reciente contra la tierra fue registrado en el 2013 en Rusia, cuando un objeto de 20 metros de diámetro entró en la atmósfera de la Tierra. Explotó antes de tocar la superficie, generando una onda expansiva que dejó 1.500 heridos y dañó 7.200 edificios en seis ciudades distintas.
La NASA aseguró que actualmente no tiene en su radar algún objeto que pueda representar una amenaza directa contra la Tierra por los próximos 100 años.
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