Cancún (México), 15 dic (EFE).- El Tren Maya, obra insignia del oficialismo en México, cumple este domingo un año de operaciones, con solo un 20 % de su meta de pasajeros y demandas de mejoras en el servicio, mientras el Gobierno y empresarios buscan nuevas formas de atraer a turistas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, inauguró el sábado el tramo 7 del Tren Maya, con lo que queda completo el circuito de 1.554 kilómetros que conecta los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Según cifras de la empresa militar Tren Maya, en el primer año de operaciones se atendieron a 603.182 pasajeros, un 20 % de los tres millones de usuarios planteados como meta.
De los pasajeros registrados, solo 33.547 corresponden a turistas extranjeros, 281.593 son nacionales, 167.901 locales y 120.141 adultos mayores, estudiantes, maestros y personas con discapacidad.
La obra, proyecto emblema del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) para el sureste mexicano, ha sido cuestionada también por su sobrecosto de más de 500.000 millones de pesos (unos 25.000 millones de dólares), cuando originalmente estaban contemplados 140.000 millones de pesos (unos 7.500 millones de dólares).
Durante un recorrido por la estación de Cancún, EFE pudo constatar que el lugar aún se mantiene en obra y en la zona comercial solo está en operación la tienda oficial del Tren Maya con artículos promocionales.
En el sitio predomina el olor a pintura y cemento y el ruido de la gente trabajando.
Para el pasajero Manuel Mestre, este nuevo medio de transporte será muy importante en la región, pero actualmente tiene deficiencias que hacen difícil la experiencia para los usuarios.
“Los trenes son impecables, son tal cual como los trenes de cualquier lugar de Europa, funcionan impecables, son puntuales, (es) muy tranquilo, se puede trabajar perfectamente bien durante todo el recorrido, se puede leer, relajarte”, señaló.
Sin embargo, Mestre lamentó que a un año de haber iniciado operaciones, el Tren Maya aún presente problemas como la conectividad con aeropuertos y las ciudades donde están las estaciones, así como la falta de lugares para adquirir alimentos o esperar la salida del tren.
“Las estaciones están lejos del aeropuerto, no hay una conexión directa y los taxis son carísimos, y además, las terminales carecen de infraestructura básica, no hay opciones para tomar un café o resguardarse en caso de lluvia”, indicó el pasajero.
Mestre destacó también del impacto ecológico del proyecto y la ausencia de estudios más profundos en la ejecución de la obra.
Bernardo Cueto Riestra, secretario de Turismo de Quintana Roo, dijo a EFE que este año ha servido para hacer un análisis no solo de la parte operativa, sino también para definir las estrategias que permitirán integrar el proyecto del Tren Maya a las estrategias turísticas del estado.
“Consideraría este primer año como un año de prueba también con respecto a la oferta turística que será sumamente atractiva por parte del Tren Maya. Ya empieza a generarse una dinámica de vinculación con nuestros aeropuertos y las estaciones en el estado, que tienen mucho que ofrecer en materia de producto turístico”, afirmó.
Cueto aseguró que el gobierno estatal trabaja de la mano con las autoridades encargadas del Tren Maya y diversos prestadores de servicios, con el objetivo de incorporar los destinos turísticos de Quintana Roo a las rutas del tren, ofreciendo nuevas opciones para los viajeros como una guía que permite a los pasajeros descubrir los atractivos cercanos a las estaciones.