Annandale (EE.UU.), 15 oct (EFE).- Lejos de los focos, los programas de televisión y los grandes eventos, las bases del partido republicano y las del demócrata escenifican en los mercados de agricultores de Estados Unidos la batalla electoral ante unas elecciones que se prevén muy ajustadas.
Voluntarios de los dos grandes partidos de EE.UU. se reparten durante el territorio nacional para asegurarse de que todo aquel que desee hacerlo, sepa cómo y dónde votar, y de paso, intentan conseguir unos cuantos votos más entre los todavía indecisos.
En el mercado de agricultores de Annandale, una localidad de Virginia en los suburbios de Washington DC, donde los productores venden directamente al público, dos carpas adornadas con banderas y letreros en apoyo a los candidatos -la vicepresidenta Kamala Harris por los demócratas y el expresidente Donald Trump por los republicanos- esperan a los vecinos para asistirles en todo lo relacionado con los comicios.
“Estamos aquí para ofrecer folletos sobre los distintos candidatos y ayudar a la gente que necesita registrarse para votar”, explica a EFE Paul Potter, un voluntario republicano que tiene su carpa al lado de los puestos de fruta y verdura.
A escasos metros, bajo una carpa azul, el color de los demócratas, Jernay Wallace, una lobbista simpatizante con Harris, cuenta a unos vecinos que es su primera vez en el stand: “Los voluntarios llevan viniendo desde mayo, cada jueves, y estarán hasta el jueves de después del día de las elecciones. Yo he venido solo hoy a dar apoyo”.
Además de gorras, chapas y pegatinas, los simpatizantes ofrecen papeletas con los candidatos de sus respectivos partidos ya marcados para facilitar el voto, formularios para solicitar el voto por correo o un transporte para ir a votar, y carteles con el nombre del ticket electoral que presenta cada partido para poner en el jardín.
Nora Wester, una vecina que aprovecha su visita al mercado para recoger un cartel a favor de la candidatura de Harris, destaca la importante labor que, para ella, hacen los voluntarios: “Demuestran que no son solo los altos cargos del partido los que están interesados en que los políticos salgan elegidos, sino también los miembros locales”.
Durante la mañana, la carpa de los demócratas recibe más visitas que la de los republicanos. La razón es que el condado de Fairfax, donde se encuentra el mercado de Annandale, está situado en una región mayoritariamente demócrata: el norte de Virginia, un área que alberga a muchos de los trabajadores de la capital del país.
Aun así, los republicanos confían en que superarán a sus oponentes. “Las encuestas pintan muy bien. Creo que vamos a conseguir un par de asientos extra en la Cámara de Representantes y las perspectivas son favorables para el Senado”, asegura un representante republicano.
Pese a que en las elecciones pasadas los republicanos arrebataron a los demócratas la Cámara Baja, el congresista demócrata Don Beyer, candidato del distrito donde se encuentra Annandale, goza de una posición especialmente cómoda, ya que, en los últimos comicios, venció a su contrincante republicana, Karina Lipsman, con un 73,5 % de los votos.
Sin embargo, la historia es diferente a medida que uno recorre Virginia y se adentra en las zonas rurales del sur, donde los republicanos suelen ganar tanto a nivel federal como local. El actual gobernador del estado, Glenn Youngkin, es republicano y llegó a sonar como posible rival de Trump en las primarias del partido para estas elecciones.
Virginia, que fue considerado un estado bisagra a principios de la década de los 2000, ha votado por el candidato demócrata desde 2008. Esta vez, Kamala Harris se presenta con una ventaja de siete puntos sobre Donald Trump, según la media de encuestas del portal FiveThirtyEight.
A pesar de esto, los voluntarios de ambos partidos coinciden en que deben luchar por cada voto y ayudar a quienes aún no han decidido. “Cada voto cuenta”, señala una vecina en el stand de los demócratas.
En las carpas de los dos partidos, los voluntarios están de acuerdo en una cosa: la confianza en sus candidatos. “Creo que Trump va a ganar, se le está viendo muy bien ahora mismo”, afirma el republicano. Por su parte, la seguidora de Harris lo apuesta todo a “una ola azul” en el país: “Vamos a ganar”, vaticina.