Miami, 25 sep (EFE).- Miles de residentes en Florida se encuentran este miércoles bajo órdenes de evacuación debido a la próxima llegada del huracán Helene, que se prevé toque tierra con fuerza la noche del jueves por la costa oeste del estado y prosiga por el sureste de Estados Unidos.
Prácticamente la totalidad de Florida sentirá los efectos de este huracán, el quinto de la actual temporada en el Atlántico, situación que ha llevado a su gobernador, Ron DeSantis, ha declarar el estado de emergencia en 61 condados, en 15 de los cuales se han emitido órdenes de evacuación total o parcial.
Helene, que este miércoles se convirtió en un huracán de categoría 1, presenta vientos máximos sostenidos de 140 kilómetros por hora (85 millas) y ha dejado fuertes lluvias en la península de Yucatán (México) y el extremo occidental de Cuba.
El ciclón se mueve con dirección nor-noroeste a 17 kilómetros por hora (10 millas por hora) y los meteorólogos vaticinan que una vez cruce la aguas cálidas del Golfo de México se verán incrementadas su potencia y tamaño, características que hará que una vez toque tierra sus efectos lleguen hasta Georgia y dejé fuertes precipitaciones en estados como Tennessee y Kentucky.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de EE.UU. estima que el centro de Helene tocará tierra la noche del jueves en el noroeste de Florida, en alguna parte de la región conocida como Big Bend que tiene una baja densidad poblacional.
Ante el pronóstico de que Helene alcance la costa estadounidense como un huracán mayor, esto es de categoría 3 o más en la escala Saffir-Simpson (de un máximo de cinco), muchos residentes de esta región han acudido hoy en gran número a los supermercados o directamente han evacuado, como atestiguan medios locales.
Las escuelas de casi una decena de condados de la costa floridana del Golfo, además de las del condado Monroe y Palm Beach, en el sureste de este estado, permanecerán cerradas el jueves, al igual que oficinas y el Aeropuerto Internacional de Tampa, en anticipación a la llegada del que será el cuarto huracán de este año que toque tierra en Estados Unidos.
Los meteorólogos alertan sobre la peligrosa marejada ciclónica que podría hacer subir el mar hasta unos 4,5 metros (15 pies), por encima de su nivel promedio, en áreas de una gran porción de la franja costera del oeste de Florida, con el riesgo de mortales inundaciones.
El previsible impacto de Helene no sólo ha obligado al aplazamiento del despegue rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) de la misión tripulada Crew-9 de la NASA y SpaceX, sino que además tiene a los complejos de Walt Disney World, a las afueras de Orlando, pendientes del desarrollo del ciclón.
Por lo pronto, el jueves, mantendrán cerrados su parque acuático y su campo de golf.
Las previsiones en el sureste de EE.UU.
Tras la llegada de Helene al Big Bend floridano, donde en el mes de agosto tocó tierra el huracán Debby de categoría 1, y el año pasado lo hizo el poderoso huracán Idalia, Helene se desplazará debilitado sobre el sureste de EE.UU.
Los gobernadores de las Carolinas han declarado el estado de emergencia, al igual que el de Georgia, este último estado donde casi la mitad de los distritos escolares no abrirán el jueves y viernes.
Los meteorólogos estadounidenses alertan sobre las dimensiones que puede llegar a tener este huracán, cuyos vientos con fuerza de tormenta tropical se extendían el miércoles hasta unos 445 kilómetros (275 millas) de su centro.
De mantener ese tamaño y velocidad cuando toque tierra en Florida, las condiciones de tormenta tropical podrían alcanzar la ciudad de Atlanta, capital de Georgia, donde las autoridades locales alertan de considerables inundaciones.
Otra ciudad que se encuentra en máxima alerta es Tallahassee, la capital de Florida al noroeste del estado, muy cerca de donde se prevé toque tierra Helene, que según los expertos podría llegar a tener las mismas dimensiones del destructivo huracán Irma de 2018.
“Si nuestra comunidad sigue manteniéndose en el camino de Helene, como se pronostica, veremos daños sin precedentes y como nunca antes hemos experimentado”, dijo este miércoles el alcalde de esta ciudad, John Dailey.