Guadalajara (México), 23 ago (EFE).- La ropa de miembros de células represoras y las voces de las víctimas de desaparición forzada son el vehículo para volver a la época de represión del Estado, la ‘Guerra sucia’, en México en una exposición en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
Vanesa Robles, comisaria de la muestra en la ciudad de Guadalajara, dijo este viernes a EFE que revisar la década de 1968 a 1978, una de las más violentas y represivas de la historia reciente del país, es una manera de entender el presente, pues es el antecedente de la actual crisis de personas desaparecidas.
“Si pensamos que esta historia no nos alcanza, estamos equivocados y equivocadas porque nos alcanza hasta este momento. Ellos (los represores del Estado) fueron quienes también después se aliaron con el crimen organizado y tenemos lo que ahora tenemos: un país con más de 115.000 desaparecidos y desaparecidas”, expresó.
Realizada a propósito del Día de las Víctimas de Desaparición Forzada, que se conmemora el 30 de agosto, la muestra ‘Vestir (la Guerra sucia) la represión’ contiene documentos, fotografías, y grabaciones del largo periodo en la que aparatos del Estado reprimían movimientos políticos y sociales en México.
La exposición incluye indumentarias como el uniforme de uno de los altos mandos señalados de dirigir las células represivas, Arturo Durazo Moreno, quien era jefe de la policía del entonces Distrito Federal entre 1976 y 1982.
La ropa la encontró la comisaria en un mercado de pulgas (mercadillo) con una nota de tintorería a nombre de Durazo.
Visitantes también encuentran un documental de los ‘vuelos de la muerte’, una estrategia de los grupos represivos para deshacerse de los cuerpos de las víctimas al lanzarlas al mar, y que también usaron las dictaduras de Chile y Argentina.
El último reporte del Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (MEH) en México registró que entre 1965 y 1990, durante la ‘Guerra sucia, hubo al menos 8.594 víctimas de violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado mexicano.
Robles, también integrante del Centro Universitario por la dignidad y la justicia Francisco Suárez SJ, afirmó que una de las aportaciones de esta exposición son los documentos con la comunicación entre los represores, las personas de la Dirección Federal de Seguridad y el Ejército.
Estos archivos tienen las palabras clave con las que nombraban a las víctimas o a la tortura y espionaje.
La exposición invita a tocar las piezas, a escuchar a los familiares de las personas desaparecidas e, incluso, a portar indumentarias en medio de un ambiente sonoro que recrea el ambiente de la época, como una manera de implicar al público en la historia, dijo la museógrafa, Brenda Valdez Rosas.
“Esta posibilidad de jugar en un espacio expositivo y no apegarnos solamente a la rigurosidad de un espacio tradicional nos permite hablar sobre un tema tan duro como fue el de la represión, pero a través de otro tipo de objetos o maneras en las que nos podemos implicar y trasladar a ese período”, dijo.
La exposición estará hasta el 13 de septiembre en la Galería Universitaria del ITESO.