Redacción Deportes (EE.UU.), 12 mar (EFE).- Los Sacramento Kings no dieron opciones este martes a los Milwaukee Bucks y se impusieron por 129-94 en una fantástica noche colectiva que contrastó con la pobreza de su rival.
Tres jugadores locales rebasaron los veinte puntos, siendo De’Aaron Fox el más contundente con 29 tantos, por los 25 de Malik Monk desde el banquillo y los 22 tantos con 11 rebotes y 8 asistencias de Domantas Sabonis. Los Kings llegaron a tener un +37 en el último cuarto.
Sacramento presenta un balance de 37-27 (séptimo en el Oeste) y aprieta la zona de acceso al 'playoff' estando en un puño con los Pelicans (39-25), los Suns (38-27), Mavericks (37-28) y los Lakers (36-30), quienes serán sus rivales este miércoles.
En los Bucks hubo un único nombre: Giannis Antetokounmpo, que hizo la guerra por su cuenta y se fue hasta los 30 puntos y 13 rebotes. El griego estuvo solo y Damian Lillard culminó con apenas 10 puntos en el segundo peor partido con la camiseta de Milwaukee.
Sacramento sacude desde el inicio
Saltaron a pista más conectados los Kings, que endosaron un contundente 8-0 de bienvenida a los Bucks, para convertirlo posteriormente en un 11-2. Doc Rivers quiso arreglar la apatía con la que arrancaron los suyos y les dedicó unas palabras en el tiempo muerto.
De inicio se creó una barrera muy alta para Milwaukee, venido a menos por el juego colectivo y la efectividad en los triples de los locales. De los primeros seis lanzamientos acertaron cinco, una efectividad impresionante que culminaron con un imponente ocho de once al cierre del periodo.
Las rotaciones mejoraron a Milwaukee en intensidad y físico con tipos como Patrick Beverley, Pat Connaughton y Bobby Portis en pista. Llegaron a acercarse a cuatro puntos (30-26) a dos minutos para la conclusión del cuarto pero fue un espejismo: no lograron darle continuidad y Milwaukee terminó por escuchar la bocina con el 38-30.
La ausencia de respuesta de los Bucks la compensaba, como habitualmente, el físico de Antetokounmpo, buscando el aro para cerrar jugadas colgándose y provocando faltas personales. El heleno, tan solo en la primera mitad, logró plantarse en los 22 puntos.
Monk tuvo un segundo cuarto soberbio y puso en pie a su público con mates y triples de enorme carga anímica. El exjugador de los Lakers cerró con 12 puntos el segundo tramo de la noche y se consolidó con 17 al descanso desde el banquillo.
Le acompañó Fox con algunas acciones individuales espectaculares. Pero la sensación que transmitían los Kings era muy global, con cinco jugadores en dobles dígitos de anotación y ampliando la fiesta de los ‘highlights’ y los mates estratosféricos a más gente.
El negocio de permitir anotar a Giannis y frenar al resto de compañeros resultó rentable para el equipo dirigido por Mike Brown. Se desplomaron los Bucks antes del intermedio, llegaron a estar veinte abajo y se fueron al vestuario con un duro 75-56 en contra.
Sin respuesta de los Bucks
No sólo no hubo reacción visitante, sino que en breve los locales lograron la máxima del partido con 24 tantos de renta en el 82-58 cuando apenas se habían disputado dos minutos del tercer periodo.
El gran dominio de Sacramento permitió a Brown dar minutos a jugadores menos habituales como el dominicano Chris Duarte, quien no había pisado en los últimos tres juegos. En sus 10 minutos y medio firmó 6 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias.
Con un 30% en tiros de campo y un 16% en triples, los Kings rebajaron notablemente su eficacia, dejándose llevar por un ritmo alocado y poco preciso del juego que proponían los Bucks. Pese a esto, les sirvió para sentenciar la noche, y es que los de Wisconsin plantearon un juego muy pobre y fueron incapaces de resolver la zona que alternaban los de Brown en algunas defensas.
Con 95-78, el último episodio asomaba como un mero trámite para ambos conjuntos.
Milwaukee no metió ninguno de sus primeros ocho intentos de canasta en el último cuarto. El primero dentro fue un triple de Beasley, ya con cuatro minutos disputados y después de que el alero hubiera fallado previamente ocho seguidos.
No era la noche para los Bucks y enfrente había un equipo dispuesto a destrozarlo con un hombre especialmente motivado, Malik Monk, que anotó de todos los tipos y colores. Él firmó la defunción de los Bucks acercando los treinta tantos de distancia y dos canastas suyas pusieron el 111-82.
Con seis minutos para terminar, Doc Rivers decidió sentar a sus hombres más importantes y renunció a una posible remontada. Si Thanais Antetokounmpo está en pista, es evidente cuál es el objetivo de Milwaukee desde entonces: descansar y acabar el partido cuanto antes.