Tucson (AZ), 8 mar (EFE).- Habitantes de la villa hispana de Tularosa, en Nuevo México, afectada por la primera prueba que se hizo de la bomba atómica en el mundo, celebran el avance de una ley en el Congreso de EE.UU. que los incluye en las indemnizaciones por los daños a la salud que, alegan, les dejó este experimento de 1945.
“Esta es una gran noticia para toda la gente de Nuevo México”, dijo a EFE Tina Córdova, una de las fundadoras de la organización Tularosa Basin Downwinders, que ha luchado por los derechos de las personas perjudicadas.
La activista señaló que residentes de Nuevo México afectados por la llamada prueba nuclear Trinity se encuentran más cerca de ser compensados por parte del Gobierno federal después de que el Senado aprobara esta semana cambios de una legislación al respecto.
Córdova recibió con gran esperanza la noticia dada a conocer esta semana sobre la aprobación de la Cámara Alta de cambios a la ‘Ley de Compensación por Exposición a la Radiación (RECA, en inglés)’.
Esta ley por primera vez incluiría beneficios para residentes de Nuevo México, como también de Guam, y extendería la fecha de vencimiento y el plazo de presentación de reclamos para el programa RECA.
Crearía así una mayor elegibilidad, que incluye a personas que desarrollaron condiciones de salud específicas y que vivieron en comunidades afectadas por los desechos del Proyecto Manhattan, llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial y que produjo las primeras armas nucleares.
“Este es un paso muy importante, finalmente muchas familias podrían ver y tener un nivel de justicia por todo el daño que nos hicieron”, dijo Córdova, residente en Nuevo México y cuya familia fue afectada.
El 16 de julio de 1945 los habitantes de Tularosa, en una región rural del desierto de Nuevo México fueron estremecidos por una terrible explosión ocurrida en la madrugada.
Las familias, muchos de ellos de origen latino y agricultores, por mucho tiempo ignoraron que fueron víctimas del primer experimento para probar la bomba nuclear.
Por décadas residentes de Nuevo México han asegurado haber sufrido los efectos de la prueba nuclear.
Personas como Córdova, afirman que sus familias, generación tras generación, han sufrido y fallecido de cáncer.
Sin embargo, hasta la fecha no han recibido ningún tipo de ayuda o compensación por parte del Gobierno de Estados Unidos.
Córdova espera que cuanto antes el Congreso en pleno apruebe la ampliación de RECA para que pueda ser firmada por el presidente Joe Biden.
“Ahora es el momento de que el Congreso haga lo correcto. Este es un tema no partidista, oramos por obtener un buen resultado”, dijo.