Palma, 1 mar (EFE).- La clasificación para disputar la Copa del Rey y la Supercopa de España, que garantiza un millón de euros para las arcas del club, han situado al RCD Mallorca en un escenario “inesperado”, según admite su consejero delegado, Alfonso Díaz, quien destacó el papel de “líder” que está desempeñando el entrenador mexicano Javier Aguirre en un club balear que “sigue creciendo”, remarcó.
“Los éxitos en el terreno de juego están refrendando el trabajo en el área deportiva, cuyo principal objetivo es mantenerse en Primera División”, explicó Díaz a EFE.
“Cuando contratamos a Aguirre (marzo de 2022) el club estaba en crisis, muy cerca del descenso. Sabíamos que su perfil encajaba en lo que queríamos. Y así fue”.
Díaz destaca que la condición de exdeportistas de los propietarios estadounidenses del Mallorca (Andy Kohlberg, Steve Nash, Stuart Holden, Steve Kerr) “ayudó, porque saben lo complicado que es ganar en el deporte”.
Lo dice en referencia a que el Mallorca pasó un auténtico calvario en 2017 al descender a Segunda B en medio de una gran crisis deportiva e institucional.
“La nueva propiedad emprendió un bonito viaje al invertir en un club de 107 años de historia situado en una maravillosa isla, pero que estaba en una situación complicada”, recuerda Díaz.
Tras ascender a Primera División en dos años, el Mallorca vive una de las mejores etapas de su historia. Javier Aguirre en el banquillo es otro reclamo para posibles nuevas vías de expansión económica de la entidad balear en México y Estados Unidos.
La final en Sevilla del 6 de abril (Copa del Rey) y el torneo de Arabia Saudí en enero de 2025 (Supercopa de España) supondrán un aumento de ingresos “todavía no cuantificados”, señala el directivo, para un club con 64 millones de presupuesto y un límite salarial de 60.963.000 euros, (el decimotercero entre todos los clubes de LaLiga EA Sports).
Por jugar la Supercopa de España, el Mallorca tiene garantizado un millón de euros, cantidad que puede aumentar en función de los resultados que obtenga en Riad.
Díaz destaca, asimismo, otras fuentes de ingresos con la finalizada reforma integral del estadio Son Moix, ya sin pista de atletismo, con cubiertas en las gradas y los espectadores sentados a 7,5 metros del terreno de juego.
“En 2016 (en Segunda B) el club tenía 8.000 abonados. Hoy contamos con 21.000, 5.000 más que la temporada pasada y seguimos creciendo. En un estadio cinco estrellas como Son Moix, y con grandes espacios, hemos invertido unos 30 millones de euros, 24 en la construcción y el resto en equipamientos”, explica el directivo.
El Mallorca está en un momento dulce y ya prepara los próximos pasos, como son asegurar cuanto antes la permanencia y organizar el viaje de los aficionados a la final de la Copa del Rey en el estadio de La Cartuja, que se espera sea tan multitudinario como el de Mestalla en 1998.
“Será un día histórico. Nuestra afición nos ha apoyado siempre, aun en los malos momentos. Trabajamos para que puedan viajar el máximo de mallorquinistas posible”, aseveró Alfonso Díaz