Washington, 28 feb (EFE).- Los resultados de las primarias de Míchigan señalan, a pesar de las claras victorias de Joe Biden y Donald Trump, que un puñado de votos puede hacer que cualquiera de los dos probables candidatos pierda las elecciones presidenciales, como ya ocurrió en 2016 y en 2020.
En las presidenciales de 2016, Hillary Clinton perdió Míchigan a manos de Trump por sólo 10.704 votos. Cuatro años después, Trump fue el derrotado en el estado y Míchigan fue a parar a Biden por una diferencia de 154.188 votos.
Con el 99 % del escrutinio efectuado, el voto de protesta contra Biden en las primarias demócratas del martes por su apoyo a Israel y su sangrienta ofensiva en la Franja de Gaza (donde unas 30.000 personas han muerto desde el 7 de octubre de 2023) ha conseguido algo más de 101.000 votos, en torno al 13 % de las papeletas emitidas.
Los promotores del voto en blanco habían indicado que un 10 % de apoyo sería un triunfo para el movimiento.
Aunque Biden consiguió el 81,1 % de los votos el martes, los 101.000 demócratas que castigaron al presidente por sus políticas pueden ser la diferencia entre la victoria y la derrota en las presidenciales de noviembre.
Voto de castigo para Biden y Trump
La misma conclusión se puede extraer de los resultados de la primaria republicana. Trump ganó Míchigan pero con un margen más pequeño que Biden al conseguir el 68,2 % de los votos.
Su principal rival, la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley, acumuló el 26,6 % del apoyo republicano, 294.817 votos. Y otro 3 % se decidió por una papeleta en blanco.
En total, más de 300.000 votos republicanos que pueden ser interpretados como un rechazo a Trump. Y, según algunos analistas, el controvertido empresario no debería contar con muchos de ellos en noviembre.
Estos resultados no cuestionan que Biden o Trump vayan a conseguir los suficientes delegados para hacerse con la nominación de sus respectivos partidos, sino que plantean, como escribió este miércoles la analista Amy Walter, “con qué seriedad tomarse el margen de oposición a sus candidaturas”.
Nate Cohn, analista político de The New York Times, señaló también este miércoles que es evidente que lo sucedido en Míchigan es un grave problema para Biden: aunque no es extraño que un elevado número de demócratas haya votado en blanco, tres de cada cuatro votantes en comunidades árabes del estado han rechazado al mandatario.
“Es una poderosa indicación de que la guerra de Gaza le supone graves riesgos políticos al presidente”, escribió.
Rick Klein, analista de ABCNews, coincidió en que los 101.000 votos demócratas en blanco y los más de 300.000 conseguidos por Haley en la primaria republicana dejan a Biden y Trump vulnerables en las presidenciales.
“Muchos en ambos grupos de votantes se volverán a alinear con sus partidos en noviembre, pero las opciones independientes y eventos volátiles les dejan potencialmente en el aire”, señaló.
El supermartes demostrará este próximo 5 de marzo si la brecha abierta en Míchigan es un problema local o nacional.
Los progresistas advierten a Biden
De momento, el movimiento progresista Our Revolution, uno de los que promovió el voto en blanco en Míchigan, ha lanzado una seria advertencia a Biden.
Our Revolution va a movilizar a sus ocho millones de partidarios en todo el país “para que sus voces se escuchen”.
Su mensaje, según su director ejecutivo, Joseph Geevarghese, es claro: “Cambie el rumbo ya en Gaza o se arriesga a alienar bloques clave de votantes que necesitará para derrotar a Trump”.
O como señaló el martes la congresista demócrata por Míchigan Rashida Tlaib (la primera mujer palestino-americana que ha sido elegida para el Congreso): “El presidente no nos está escuchando”
“Escuche. Escuche a Míchigan. Escuche a las familias que han sido afectadas de forma directa, pero también escuche a la mayoría de estadounidenses que están diciendo: basta”, dijo tras depositar su voto.
Porque Míchigan no es el único estado que puede ir en una u otra dirección en las presidenciales.
En 2020, Biden ganó Arizona por algo más de 10.457 votos, Georgia por 11.779, Wisconsin por unos 20.682 y Pensilvania por 81.660. Estados que tanto Biden como Trump necesitarán si quieren alzarse con la victoria en noviembre.