Ciudad de México, 13 feb (EFE).- La estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) es el principal riesgo fiscal que enfrentará el Gobierno mexicano en los próximos años, advirtió este martes Carlos Capistrán, economista en jefe para México y Canadá en Bank of America (BofA).
“Efectivamente, Pemex es un riesgo y probablemente el riesgo fiscal número uno que tiene la presente Administración y que va a enfrentar la siguiente Administración”, explicó en una conferencia virtual.
Capistrán consideró que el Gobierno mexicano corre el riesgo de que su déficit sea aún mayor con el esfuerzo que realiza por rescatar a la petrolera más endeudada del mundo.
Además, recordó que el presupuesto aprobado por el Congreso mexicano para 2024 muestra un deterioro fiscal significativo, con el mayor déficit fiscal que ha tenido el país en 30 años.
En este sentido, el economista de BofA insistió en que el riesgo se agrava con los apoyos fiscales a Pemex, que van desde la reducción de los impuestos hasta los apoyos directos contemplados en el presupuesto.
Capistrán mencionó que antes Pemex y el Gobierno contaban con el mismo grado de inversión de las calificadoras globales y ahora Pemex ha perdido este nivel, por lo que los estímulos fiscales a la petrolera estatal vulneran las finanzas públicas de México y su calificación crediticia.
“Cuando le pasas dinero vas vulnerando tus finanzas públicas y ahí hay que tener mucho cuidado porque, si continúas haciendo eso, el riesgo que corres es que Pemex te arrastre y que entonces el Gobierno federal también empieza a bajar su calificación”, advirtió.
Por otro lado, el especialista vaticinó que la economía mexicana desacelere hasta un ritmo de crecimiento del 2 % anual en la segunda mitad de 2024, tras las elecciones de México en junio y las de Estados Unidos en noviembre.
“Tenemos elecciones presidenciales, que vemos que usualmente lo que ocurre es un crecimiento más fuerte de lo usual en la primera mitad del año y luego una desaceleración más pronunciada que lo usual en la segunda mitad del año”, expuso.
En 2023, el producto interno bruto (PIB) mexicano cerró con un alza del 3,1 %, según datos oficiales, mientras que el Gobierno mexicano estima un crecimiento en 3 % para este año, superior al 2 % esperado por BofA.
Capistrán reconoció que México tiene una oportunidad de expansión en los próximos años por la relocalización de las cadenas de suministro global o ‘nearshoring’.
Previó que los anuncios de inversión se mantengan en 2024, aunque la inyección de capital tardaría en materializarse hasta los siguientes años, pues las empresas podrían estar esperando el resultado de las elecciones presidenciales en México y Estados Unidos.
También explicó que la volatilidad de las tasas de interés, de las que espera un primer recorte en México en marzo próximo, y la posible depreciación del peso pueden ser factores que demoren las inversiones.