Ciudad Juárez (México), 26 ene (EFE).- Activistas en la frontera de México celebraron este viernes el fallo judicial que esta semana ordenó a Texas retirar el alambre de púas en río Bravo, pero denuncian que las autoridades aún no remueven la barrera, que ha dejado tres muertos y cientos de heridos.
Defensores de migrantes en Ciudad Juárez expresaron a EFE que la barrera es “inhumana” porque ha herido a cientos de migrantes e, incluso, influyó en la muerte de una mexicana y sus dos hijos que intentaron cruzar el río Bravo de Piedras Negras a Eagle Pass, en los límites de los estados de Coahuila y Texas.
“Gente ha tenido que recibir atención médica a causa de este alambrado, lo que más nos toca el corazón es la pérdida de vidas humanas que vienen a buscar un bienestar para su familia y que vienen y se encuentran con el fin de su vida, un sueño se convierte en una tragedia”, dijo el pastor Gigio Heredia, dirigente del Hub Center, refugio para migrantes.
Texas desafía a los migrantes en México
El pastor y otras asociaciones mexicanas denunciaron que el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha desatendido la orden de la Suprema Corte de Estados Unidos, que el lunes autorizó que la Patrulla Fronteriza retire el alambre de navajas que el mandatario republicano instaló en la frontera con México.
“Estamos agregando más alambre de púas mientras hablamos ahora para asegurarnos de que estamos haciendo aún más para asegurar la frontera”, advirtió Abbott el jueves en una entrevista con Bloomberg Televisión.
Los activistas en Ciudad Juárez han alertado de que el cerco impide a la Patrulla Fronteriza rescatar a migrantes en problemas en el río Bravo, como ocurrió el 14 de enero con la mujer mexicana y sus dos hijos que se ahogaron en Piedras Negras.
Además, el pastor Heredia expuso que las personas que cruzaron a Texas y ahora han vuelto deportados al refugio reportan que enfrentaron adversidades más allá de la barrera de alambres, como ofensas y maltratos de la Guardia Nacional de Texas y de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
“Yo creo que sí es una violación muy grave a los derechos humanos. Todos merecemos un trato digno, ellos están haciendo su trabajo y lo aceptamos, pero nunca que se afecte la integridad física de las personas”, dijo el directivo del Hub Center.
La crisis en la frontera se agudiza
El conflicto ocurre tras las cifras históricas de diciembre de personas que pretenden entrar en Estados Unidos por la frontera con México, donde la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) confirmó la llegada de más de 2,2 millones de migrantes entre enero y noviembre.
Pero el pastor Juan Fierro, quien dirige otro refugio llamado El Buen Samaritano, argumentó que el gasto que destina Estados Unidos a estas barreras físicas agudiza la crisis.
“Es un gasto innecesario tener esos alambres. ¿Y si el Gobierno hiciera un proceso más rápido para que los migrantes no tuvieran que tomar la decisión de cruzar el río o el desierto? Es necesario que mejor piensen en un programa que ayude a estas personas migrantes, un programa rápido donde los atiendan en un menor tiempo”, dijo.
La alambrada de alambre de navajas entre Ciudad Juárez y El Paso permanecía sin cambio hasta esta semana, y la Guardia Nacional se mantenía vigilando el espacio entre el río Bravo y el muro fronterizo, donde desde hace meses no se ve ninguna unidad de la Patrulla Fronteriza.
“Si son capaces de gastar dinero en un muro o en un alambrado, pues tiene la capacidad de tener personal para atender a estas personas que andan buscando el asilo político para llegar a Estados Unidos y rehacer su vida”, remató el pastor Fierro.