Nueva York, 2 ago (EFE).- Un proyecto para monitorear el cambio climático desde una isla del sur de Nueva York llamada Governor´s Island (Isla del Gobernador) tiene enfrentados a la administración local y a grupos ambientalistas, que quieren frenar la transformación de un lugar idílico en una zona altamente urbanizada.
La pugna se ha visibilizado gracias a una demanda de los activistas en torno a la designación zonal de esta isla relativamente poco explotada de la Gran Manzana, que permitiría construir un complejo para la investigación contra el cambio climático que presenta, paradójicamente, problemas para esa causa, según argumentan.
En sus casi 700.000 metros cuadrados en forma de “cono de helado” con vistas al sur de Manhattan y Brooklyn, Governor’s Island acoge instalaciones militares de finales del siglo XVIII, aunque es más famosa por sus festivales de música y arte, su cámping “glamuroso” y sus recientes bares de moda.
Esta isla en la que no hay residentes ni tráfico dispone de grandes espacios verdes sin edificar que le dan un aire bucólico pese a pertenecer a una gran urbe, y precisamente en parte de ellos la administración local y el patronato gestor han puesto el ojo para desarrollar un “centro de soluciones climáticas”.
La alcaldía espera que el complejo, ahora a concurso entre universidades y entidades investigadoras, genere 7.000 puestos de trabajo directo y un impacto económico de 1.000 millones de dólares, pero ese proceso podría verse truncado por la demanda de los activistas, que señalan sus potenciales perjuicios.
“Esta demanda busca disputar la rezonificación de partes de Governors Island en el Puerto de Nueva York que permite usos comerciales, elevados y urbanos que destruirían la naturaleza serena de la isla y afectarían de manera adversa a su flora y fauna”, indica en el documento una veintena de denunciantes.
El grupo está liderado por el músico y activista Roger Manning y la Metro Area Governors Island Coalition, a quienes se han sumado asociaciones de vecinos y negocios de barrio, artistas o educadores que reclaman una revisión de los criterios de zonificación con base en argumentos ambientales.
En ese sentido, los denunciantes alegan que la ciudad y el patronato están violando el pacto por el que Nueva York se hizo con los terrenos de la isla que pertenecían antes al Gobierno federal, si termina permitiendo la construcción de edificios altos que hacen sombra y taparán a otros, o un aparcamiento para 200 vehículos.
Este martes, cuando está prevista una audiencia en el Tribunal Supremo del estado sobre la cuestión, una portavoz del patronato, Sarah Krautheim, dijo a los medios que el ente “está completamente seguro de que la rezonificación se procesó y aprobó -el año pasado- de acuerdo con la ley”.