Miami, 4 dic (EFE).- Más de un centenar de artistas textiles de todo el mundo, una buena parte mujeres iberoamericanas, exhiben desde este lunes en Miami su maestría en el uso de técnicas inspiradas en la abstracción y la geometría, el paisaje o los rituales indígenas.
La muestra 'To Weave the Sky' (Tejer el cielo), que se estrena este lunes, reúne más de 140 piezas, muchas de ellas nunca antes expuestas al público, pertenecientes a la colección de Jorge M. Pérez, filántropo y mecenas de las artes que da su nombre al Pérez Art Museum of Miami, el primer gran museo estadounidense en llevar el nombre de un hispano.
Renacimiento del arte textil
“Los textiles eran antes marginados o relegados al género de artesanía o artes decorativas dentro de los cánones históricos occidentales”, pero eso ha cambiado y “actualmente reciben una mayor visibilidad dentro del arte contemporáneo a nivel mundial” con el uso de técnicas ampliadas e innovadoras, dijo este lunes a EFE Patricia Hanna, comisaria de la exposición.
Por ejemplo, el uso de materiales de la vida cotidiana como ropa reciclada, fibras y algodón, acolchados. cerámica o pelo de animales pone de relieve la “estrecha conexión entre las obras textiles y la pintura abstracta”, explicó Hanna.
La colección, que reúne obras de artistas textiles históricos y contemporáneos, llama la atención por la abundancia de obras de creadores iberoamericanos, como la colombiana Olga de Amaral, el peruano Jorge Eielson, Carolina Caycedo (estadounidense de padres colombianos), la mexicana Daniela Libertad o la cubana Elizabeth Cerviño.
A la lista se suman maestras tan reconocidas como la estadounidense Sheila Hicks (1934), la polaca Magdalena Abakanowicz (1930-2017) y las españolas Teresa Lanceta (1951) y Aurelia Muñoz (1926-2011), esta última con una carrera ligada al renacimiento que experimentó el arte textil en la década de 1960.
También participan “artistas notables que están dejando huella” en la producción de textiles como el sudafricano Ishaan Adams (1982), la peruana Alice Wagner (1974), la polaca Malgorzata Mirga-Tas (1978) y la española Irene Infantes (1989).
Profundo arraigo en Iberoamérica
La amplia presencia de artistas iberoamericanos no sorprende a la comisaria dado que este género “tiene una importancia cultural muy grande en muchas comunidades hispanas” que preservan “una extensa historia de tejido y otros métodos de producción textil”.
Hanna elogió especialmente la obra de la colombiana Amaral, “una de las artistas que revolucionaron el tapiz durante la década de 1960 y que lo impulsó como un arte de igual importancia que la pintura o la escultura” y tachó de “impresionante” la pieza que se exhibe de Cerviño (Cuba, 1986), no solo por su escala monumental sino por las hermosas tonalidades de la fibra natural que utiliza, que “simbolizan el viaje de su vida”.
Esta íntima conexión del artista hispano con el pasado vivo de la comunidad se cristaliza en el trabajo de María A. Guzmán Capron (1982), nacida en Italia de padre colombiano y madre peruana y radicada en Texas (EE.UU).
“Trato de conectarme con la cultura de mis padres. Desde muy joven me fijaba en los textiles de mi casa como ropa de cama acolchada, cortinas tejidas y almohadas bordadas”, dijo a EFE Guzmán.
El lenguaje de la memoria
Es ese “lenguaje compuesto por nuestras memorias y experiencias táctiles” que define el trabajo textil lo que atrae a Guzmán, un mundo de interconexiones culturales ligado a su “amor por las telas, los textiles y el color”.
El deseo, en breve, de “crear obras que reflejen un yo que está en constante cambio y transformación” y de unir “el tira y afloja del orgullo por mis raíces” y el deseo de arraigo “sin dejar de imaginar algo nuevo”.
La exposición, abierta al público hasta agosto de 2024 en la sala El Espacio 23, ubicada en un antiguo almacén del vecindario de Allapattah, se divide en cinco secciones: 'Estructuras cromáticas', 'Gestos paisajísticos', 'Constelaciones espirituales', 'Political Fabric' (Tejido Político) y 'Threadbare' (Raído).