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Sarah Yáñez-Richards
Nueva York, 31 jul (EFE).- El triángulo más famoso de Nueva York, el “triángulo Hess” estampado en el suelo, ha cumplido cien años “nunca dedicado a fines públicos”, como reza su mensaje, que remite a cuando Greenwich Village era todavía un pueblo y no un barrio más de Manhattan.
La historia que esconde este centenario triángulo donde solo cabe una persona de pie es en gran medida el testimonio de cómo Nueva York se transformó del siglo XIX al siglo XX, según explica a Efe Andrew Berman, director ejecutivo de la Sociedad para la Preservación Histórica de Greenwich Village.
LA DEMOLICIÓN DEL GREENWICH VILLAGE
“Nueva York creció exponencialmente. En 1898 los cinco distritos de Nueva York se consolidaron. Así que Nueva York creció enormemente en tamaño y población. Y en 1903 se empezaron a construir los metros. Además, se empezó a desarrollar aún más su centro de negocios en el extremo sur de Manhattan, lo que ahora llamamos Wall Street o el distrito financiero, así como un segundo distrito comercial muy grande que se desarrolló al norte de Greenwich Village, en Midtown”, explica el experto.
En 1914 la ciudad de Nueva York lanzó un ambicioso proyecto para expandir la línea de metro de la Séptima Avenida para conectar el centro y el bajo Manhattan, lo que significó la necesidad de demoler “varios cientos de propiedades” en Greenwich Village.
Por aquel entonces, Greenwich Village era “una maraña de calles de la época colonial” que no estaban conectadas con la cuadrícula que predominaba en el resto de la isla, ya que originalmente este barrio comenzó como “su propio pueblo separado”.
Más de 200 edificios se enfrentaron a la demolición.
Un tramo de once bloques será “cortado sin piedad, destruyendo muchas residencias y negocios antiguos y curiosos”, decía por aquellos días un artículo del New York Times.
EL TRIÁNGULO DEL DESPECHO
Una de las construcciones condenadas a la destrucción era un edificio de apartamentos conocido como Voorhis, propiedad de la herencia de David Hess, un empresario e inversor inmobiliario de Filadelfia que había muerto en 1907.
Los herederos de Hess lucharon en tribunales para salvar la edificación, pero perdieron.
No obstante, un pequeño triángulo de 0,32258 metros cuadrados sobrevivió. Un topógrafo cometió un error, ya que después de calcular las distancias y los ángulos el lote de Voorhis no desapareció por completo, como esperaba la ciudad.
Según Berman, la ciudad de Nueva York ofreció a los familiares de Hess comprar ese diminuto “solar”, pero la familia se negó.
Como las construcciones del metro ya habían terminado y la ciudad ya no contaba con el apoyo legal para expropiar el terreno, Nueva York tuvo que devolver el pequeño pedazo de propiedad.
Una vez que la familia volvió a ser dueña de este peculiar solar conocido ahora como “el triángulo Hess”, decidieron, en julio de 1922, dejar huella con el peculiar mensaje escrito en negro sobre un fondo blanco: “Propiedad de la familia Hess que nunca ha sido dedicada a fines públicos”.
LA VENTA DEL SOLAR
La primera parte del mensaje del triángulo, “propiedad de la finca Hess”, dejó de ser cierta en 1938 cuando el pequeño solar se vendió al dueño de la propiedad adyacente, una popular tienda de cigarros, por 100 dólares, lo que equivaldría a unos 2.000 dólares ahora, según Berman.
“Desde hace 53 años esa parte de Greenwich Village es parte de un distrito histórico. Eso regula estrictamente las demoliciones y nuevas construcciones. Y esa es una de las razones por las que, en general, Greenwich Village se ve tan histórico y se parece tanto a hace 100 años o más. Estas normas son la razón por la que el triángulo sigue ahí”, anota el especialista.
Ahora, este mensaje en el suelo que es pisado por miles de personas al día, se ha convertido en una de las paradas de los tours turísticos de Greenwich Village, junto a otros puntos del barrio como la fachada de la casa de la serie Friends o el local de Stonewall, punto donde nació la marcha del Orgullo LGTBIQ+. EFE
syr/fjo
(foto) (vídeo)
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