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Miami, 29 jul (EFE).- La fase final del juicio al autor confeso de la matanza de 17 personas en un instituto de Parkland (Florida) está mostrando en sus primeras dos semanas la tragedia de los tiroteos masivos con una crudeza que produce espanto y que algunos quisieran también que indujera a la reflexión.
“¡Apágalo!”. Esa palabra pronunciada en alto en el tribunal de Fort Lauderdale (Florida) mientras se proyectaba un vídeo del tiroteo desatado por Nikolas Cruz el 14 de febrero de 2018 en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas (MSD) de Parkland lo dice todo.
Muchos familiares de las víctimas, sobreponiéndose a las horrorosas descripciones hechas por sobrevivientes y agentes policiales, no dejan de acudir a la corte para que, como dicen, el jurado y el público en general sepan el impacto que producen los tiroteos y las armas de fuego, responsables cada día de 53 muertes en Estados Unidos de acuerdo a datos del Gobierno.
“Recibo muchos ‘No puedo ni imaginar cómo se siente tu familia…’ ‘Desearía que hubiera una forma de ayudar…’ ¡LA HAY!”, escribió en Twitter Manuel Oliver, padre de Joaquín, uno de los 14 estudiantes fallecidos en Parkland, junto a una imagen con el mensaje “Mira el juicio” y un enlace a una emisión en vivo de la audiencia.
Tony y Jennifer Montalto, padres de Gina, otra víctima, reconocen que es muy difícil escuchar “en detalle” como murieron sus seres queridos, pero aún así sienten la responsabilidad de acudir a la audiencia y sentarse a escasos metros de Cruz, quien se ha declarado culpable de los 17 asesinatos y, por ello, solo puede salir de este juicio condenado a muerte o a cadena perpetua .
EL HORROR EN UNA SALA DE TRIBUNAL
“Es lo que nos impulsa a mi esposa y a mí, creemos firmemente que debemos estar allí para que el jurado vea el efecto de este horrible crimen en las familias”, señaló el progenitor al canal local NBC 6.
Otro de los que ha acudido a la corte es Jared Moskowitz, excongresista estatal de Florida, comisionado (concejal) de la ciudad de Parkland cuando ocurrió el hecho y además exalumno de la secundaria MSD.
“No puedo imaginar el dolor que sienten al escuchar las autopsias y las viles publicaciones en las redes sociales del asesino. Se sienta a solo unos metros de distancia de las familias. Se hará justicia, pero no es suficiente. No se puede deshacer el 14 de febrero”, dijo Moskowitz, ahora aspirante demócrata al Congreso.
La presentación esta semana de un informe del Congreso de EE.UU., según el cual los cinco principales productores de armas de fuego del país ingresaron más de 1.700 millones de dólares en la última década con la venta de rifles semiautomáticos como el AR-15, sirvió para que Fred Guttenberg, padre de Jaime Guttenberg, otra de las víctimas, pidiera responsabilidades.
En concreto, reclamó que los fabricantes de armas de fuego, que en los últimos años han construido “un mercado de mil millones de dólares sin ninguna consecuencia y muchos defensores en el Congreso”, asuman responsabilidades “por cada muerte que causaron”.
“También es hora de considerar el historial de las (empresas de) redes sociales en las verificaciones de antecedentes de armas”, agregó Guttenberg en una publicación en Twitter.
LAS MUERTES POR ARMAS DE FUEGO EN EEUU
De acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC), en 2020 un total de 45.222 personas murieron por armas de fuego, “la cifra más alta” jamás registrada, como indicó esta semana a presidenta del comité del Congreso que investiga la comercialización de ese tipo de armamento, la demócrata Carolyn B. Maloney.
Según ese informe, el último elaborado por esa agencia gubernamental, 19.384 muertes (43 % del total) corresponden a homicidios, número superior en un 39 % al del año 2019 y un 75% por encima de las cifras de la década anterior.
La matanza que perpetró Nikolas Cruz, exalumno del instituto y quien -como señaló la Fiscalía- realizó en torno a 150 disparos con un rifle semiautomático AR-15 en el edificio de tres plantas donde ocurrieron los hechos, supuso hasta este año el mayor tiroteo registrado en una escuela de EE.UU.
La masacre de mayo de 2022 en una escuela en Uvalde, donde murieron 19 niños y dos adultos, se convirtió en la peor en un centro educativo, aunque debajo de las 61 muertes (contando al tirador) que dejó en 2017 un tiroteo en Las Vegas, el mas mortal desde 1991 según el FBI.
Los familiares de víctimas de tiroteos masivos y activistas a favor de leyes de acceso de armas de fuego más estrictas han recibido con beneplácito que el Congreso de Estados Unidos aprobara en junio un acuerdo histórico, aunque de mínimos, para reforzar el control de las armas de fuego.
La iniciativa incluye una revisión del proceso de compra para los menores de 21 años y extiende a todo el país las llamadas leyes de “alerta de peligro” (“Red Flag”), que permiten activar un procedimiento legal para confiscar las armas de fuego a quienes representen un peligro para terceros o para sí mismos.
La medida ha sido bien recibida por organizaciones como Stand With Parkland, integrada por familiares de las víctimas del tiroteo, que la calificó de “histórica”.
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