Washington, 8 sep (EFE).- La sala de crisis de la Casa Blanca, un lugar de acceso estrictamente restringido desde el que los distintos mandatarios estadounidenses han tomado decisiones que han marcado el rumbo del país, estrenó este viernes su nueva versión tras una reforma de 50 millones de dólares.
Marc Gustafson, que ha estado al frente del proceso, indicó en declaraciones recogidas en la cadena CNN que el resultado es un “maridaje entre lo tradicional y lo moderno”, que dejó al actual mandatario, el demócrata Joe Biden, con la boca abierta.
Hacía 15 años que no se sometía a un lavado de cara y ha costado uno actualizar la llamada “Situation Room”, que John F. Kennedy (JFK) ordenó crear en 1961 transformando en un centro de mando presidencial lo que hasta entonces había sido una bolera en el sótano de la sala Oeste.
No se trata solo de un solo espacio: sus 511 metros cuadrados (5.500 pies cuadrados) de superficie incluyen tres salas de reuniones dotadas con pantallas de televisión y equipos que permiten mantener videoconferencias a prueba de espionaje.
“Bastante elegante, chicos”, dijo Biden esta semana al inaugurarla, según el vídeo distribuido este viernes por la Casa Blanca, donde se ve al mandatario cortar la cinta y recorrer sus instalaciones.
Sus antiguos suelos y muebles han sido sustituidos por paneles de caoba, mobiliario más moderno, pantallas planas, iluminación LED que permite cambiar la intensidad de la luz y cristales que se pueden volver opacos mediante un simple botón.
El reducido grupo de periodistas que tuvo acceso a la misma coincide en señalar que “huele a coche nuevo”.
Una de las fotografías más célebres que se recuerdan del lugar data de mayo de 2011, bajo el mandato del también demócrata Barack Obama (2009-2017), durante la operación para capturar al entonces líder del grupo terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden, que acabó con la muerte del mismo.
Junto a Obama están entre otros Biden, su entonces vicepresidente, y Hillary Clinton, la secretaria de Estado, que aparece con gesto preocupado y la mano en la boca. Según ha contado ella misma, la tensión era extrema.
Esa fotografía se tomó en una de sus salas más pequeñas, que según la CNN ha sido dividida en dos desde las que hacer llamadas confidenciales.
La cadena apuntó que en la Biblioteca Presidencial de Obama, ubicada en Chicago, se construirá una réplica de esa instancia ahora famosa.
Desde la “Situation Room” el actual presidente siguió la retirada estadounidense de Afganistán hace ahora dos años y se enteró de la muerte de 13 militares en un ataque suicida en el aeropuerto de Kabul, o su antecesor, el republicano Donald Trump (2017-2021), recibió información a principios de 2020 sobre la pandemia de coronavirus.
La sala principal de reuniones es la llamada coloquialmente WHSR JFK, de la que la imagen ofrecida muestra una gran mesa de madera con seis sillas de cuero negro a cada lado, butacas de ese mismo material y color a lo largo de las paredes laterales y pantallas también a ambos lados.
La “Situation Room” original se creó para poder recibir y enviar información segura tras uno de los fracasos más destacados de la presidencia de Kennedy, la operación Bahía de Cochinos en Cuba, en la que el entonces líder estadounidense erró en su cálculo de que esta conseguiría derrocar a Fidel Castro.