Guadalajara (México), 23 ago (EFE).- Las playas y comunidades cercanas a los recientes derrames de petróleo en el Golfo de México se han convertido en zonas de sacrificio por no existir remediación de los daños ambientales, según afirmó este miércoles la organización “Mujeres por la Sostenibilidad Ambiental y Alimentaria”.
“Estos testimonios son una evidencia que deben tomar en cuenta las autoridades y el responsable principal, que es Petróleos Mexicanos (Pemex), ya tendríamos que hablar de zonas de sacrificio en donde las personas están sufriendo todos los impactos de este descuido constante de Pemex”, aseguró la representante de la asociación, Diana Morales, en una conferencia de prensa.
La activista aseveró que las consecuencias de los derrames de junio y julio, cuando además un incendio que consumió una de las plataformas petroleras dejó dos muertos y varios heridos, no han recibido atención de las autoridades de Petróleos Mexicanos (Pemex) ni el Gobierno, lo que deja en la indefensión a los pobladores.
Nancy Martínez, representante de una comunidad en el municipio de Espinal, Veracruz, aseveró que los habitantes presentan constantes dolores de cabeza, problemas de la piel y fuertes olores a gas tras los derrames.
Añadió que es común que haya niños que llegan al hospital con vómitos y diarreas por intoxicación ante la contaminación del agua de pozos o manantiales por el “cada vez más constante” derrame de hidrocarburos.
“Nuestros mantos acuíferos son contaminados, de repente una mañana amanecen con este olor a aceite y una sensación aceitosa. En casos recientes ni siquiera ha habido derrames, simplemente aparecen los pozos con estos químicos y nos ponen en riesgo toda nuestra vida”, explicó.
Miriam Larrea, representante de comunidades en Campeche, aseguró que los derrames están afectando a las poblaciones de tortugas como la laud, la caguama o la carey, entre otras, que están en peligro de extinción y que llegan a anidar a 16 campamentos en las playas de dicho estado del sureste mexicano.
Quienes atienden estos campamentos han constatado que estos reptiles sufren de irritación de la piel, adherencia de contaminantes, pérdida de aislamiento térmico de su caparazón, además de la ingesta de químicos que genera un impacto a largo plazo en su salud y su sistema digestivo.
Las afectaciones se extienden a las colonias de peces, moluscos y otras especies marinas que trastoca la posibilidad de que los pescadores puedan aprovechar los recursos del mal, lo que les provoca problemas económicos
Las activistas advirtieron que no hay un programa de remediación y limpieza por parte del Gobierno federal o de Pemex, y cuando hay posibilidad de pagos a los productores afectados, los recursos se manejan a discreción de las autoridades municipales.