Washington, 8 ago (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este martes la designación como Monumento Nacional de las tierras sagradas de las tribus de nativos americanos que rodean el Cañón de Colorado, lo que impedirá la creación de nuevos proyectos mineros.
Con una extensión de un millón de acres (unas 404.685 de hectáreas), el nuevo monumento se denominará “Baaj Nwaavjo I’tah Kukveni”: “Baaj Nwaavjo” significa en la lengua de la tribu Havasupai “por donde los pueblos indígenas deambulan”, mientras que “I’tah Kukveni” quiere decir en la lengua del clan Hopi “nuestras huellas ancestrales”.
“Hoy estoy orgulloso de poder usar mi autoridad para proteger un millón de acres de tierras públicas alrededor del Gran Cañón y convertirlas en un nuevo monumento nacional”, anunció Biden ante la presencia de líderes tribales, activistas y miembros del Congreso.
Biden recordó que cuando vio por primera vez el Gran Cañón del Colorado, ubicado en Arizona, pensó que debía de tratarse de la “catedral de Dios” y reconoció que quedó maravillado con sus elevadas mesetas, profundos cañones y majestuosos acantilados rojos.
Además, argumentó que la designación sirve para honrar a las naciones tribales que durante siglos han habitado esas tierras y mostrar respeto por su modo de vida, por sus ancestros enterrados allí y por sus ceremonias.
“Preservar estas tierras es beneficioso no solo para Arizona, sino para el planeta. Es positivo para la economía. Es bueno para el alma de la nación. Y creo, en lo más profundo de mi ser, que es la decisión correcta”, proclamó el mandatario.
DÉCADAS DE LUCHA DE LOS NATIVOS AMERICANOS
La designación es fruto de la lucha durante décadas de tribus de nativos americanos y defensores del medio ambiente, quienes han presionado al Gobierno federal para que protegiera las tierras al norte y al sur del Gran Cañón del Colorado con el fin de evitar nuevas explotaciones mineras.
En la ceremonia intervino Maya Tilousi, una joven del clan Hopi que compareció ataviada con vestimentas tradicionales, una pluma en el cabello y la cara pintada con líneas rojas.
“Estoy aquí representando a las próximas generaciones que tienen la responsabilidad de continuar este trabajo tan importante. ¡Este es nuestros hogar y vamos a seguir protegiéndolo!”, prometió Tilousi.
Tilousi recibió fuertes plausos de otros líderes, también vestidos con trajes tradicionales y sentados en primera fila.
Las tierras tribales que fueron designadas este martes como Monumento Nacional albergan el 1,3% de las reservas conocidas de uranio en Estados Unidos. Sin embargo, la Casa Blanca ha insistido a la prensa en que existen más recursos significativos de uranio en otras partes del país.
Durante años y frente a los intentos de los nativos americanos de proteger esas tierras, legisladores republicanos y la industria minera han argumentado que las reservas de uranio que contiene ese lugar podrían suponer un gran beneficio económico para Arizona y permitir que EE.UU. tenga más uranio, con múltiples usos tanto para energía como para fines médicos e industriales.
EL TRANSFONDO ELECTORAL
En cualquier caso, la designación de esas tierras como Monumento Nacional tiene un importante trasfondo electoral, ya que Arizona podría ser clave para las elecciones de 2024, en las que Biden opta a la reelección y en las que los republicanos aún tienen que elegir a su candidato, aunque el expresidente Donald Trump (2017-2021) parte como favorito.
Según una encuesta de la organización sin ánimo de lucro Grand Canyon Trust, la decisión de Biden es bastante popular entre los votantes: un 89 % de los demócratas, un 73 % independientes y un 65 % republicanos apoyan firmemente la protección de esas tierras.
Importantes organizaciones latinas con peso en Arizona, como Hispanics Enjoying Camping, Hunting, and the Outdoors (HECHO, por sus siglas en inglés), celebraron este martes la decisión del mandatario.
En 2020, Biden ganó el estado de Arizona por un estrecho margen frente a Trump, convirtiéndose en el primer demócrata desde Bill Clinton (1993-2001) en hacerse con ese estado, que se había decantado por los conservadores en los últimos años.