Nueva York, 19 jul (EFE).- Nueva York, una de las ciudades más caras del mundo pero también una de las visitadas, no renuncia a atraer a los turistas con los presupuestos más modestos, con una oferta de actividades gratuitas y otras a precios más reducidos que los que habitualmente se encuentran en la Gran Manzana.
“Cuando venimos a la ciudad de Nueva York generalmente pensamos en presupuestos superaltos para poder disfrutar de esta ciudad, pero la realidad es que Nueva York ofrece muchas posibilidades para que la gente pueda disfrutar a bajo costo o gratis”, asegura a Efe Adriana Aristizabal, portavoz de New York City Tourism, la empresa que patrocina el turismo en la metrópoli.
Además de las playas, los parques y la arquitectura que se puede disfrutar en la urbe, Aristizabal destaca los conciertos y proyecciones de cine al aire libre, así como los distintos festivales callejeros que se celebran en los cinco distritos de la ciudad a partir del 29 de julio.
Uno de los lugares que invitan a disfrutar del verano neoyorquino al aire libre es el parque de Bryant Park, donde todos los lunes hasta el 21 de agosto se ofrece cine al aire libre , así como una veintena de conciertos entre junio y septiembre.
Actividades que se pueden presenciar desde la gran explanada de césped con la que se viste este parque desde primavera a otoño y que sustituye a la pista de patinaje sobre el hielo que en los meses de invierno ocupa el mismo lugar en el parque.
Pero uno de los mayores atractivos musicales de la ciudad son los conciertos en el escenario “Summerstage” de Central Park, con una cargada programación semanal que se prolonga desde el 10 de junio hasta el 30 de septiembre.
Un total de 80 conciertos, la mayoría gratuitos, acoge este escenario veraniego, donde ya han desfilado cantantes como Juanes -quien se vio obligado a suspender su actuación por el excesivo número de fans que se acercaron a ver su actuación- y por donde desfilarán la cantante de música country Tanya Tucker o la brasileña Marisa Monte.
Los amantes del jazz también cuentan con el festival Charlie Parker que acoge entre el 20 y el 27 de agosto una decena de conciertos gratuitos en distintos puntos de la ciudad.
Actividades que en esta época brotan por doquier como en la pequeña “Grace Plaza”, donde todos los jueves de verano se ofrecen actuaciones gratuitas entre las 12.30 y la 13.30, aunque estas más dirigidas a amenizar la hora de la comida de los oficinistas del medio Manhattan, acostumbrados a almorzar a esas horas.
Aristizabal también recuerda que entre el 24 de julio y hasta el 20 de agosto se celebra la conocida como “Semana del Restaurante de Nueva York”, una iniciativa por la que seiscientos restaurantes de la ciudad ofrecen un menú por un precio fijo de 30, 45 o 60 dólares (sin bebidas).
La portavoz de la agencia de turismo de la ciudad recomienda planear un viaje a la ciudad de al menos una semana, sobre todo si se trata de la primera visita.
“Para venir a Nueva York la primera vez recomendaría una semana, porque es una ciudad gigantesca. Tiene una oferta cultural grande, una oferta arquitectónica de lugares públicos excepcionales, así que una semana sería lo recomendable”, insiste.
Preguntada por el presupuesto para el alojamiento, asegura que se pueden encontrar habitaciones de hotel a partir de los 180 y los 200 dólares por noche, un precio ciertamente no muy asequible para muchos bolsillos.
Y para quien prefiera el frío invernal al calor húmedo estival, Aristizabal recuerda que en febrero, coincidiendo con la temporada baja del turismo, se celebra entre mediados de enero y mediados de febrero el “NYC Winter Outing”, dos quincenas de ofertas en restaurantes, museos, hoteles y espectáculos de Broadway.