Chilpancingo (México), 11 jul (EFE).- El sureño estado mexicano de Guerrero vive este martes una segunda jornada de caos por las protestas de pobladores, quienes mantienen como rehenes a 13 funcionarios públicos y bloquean la autopista Del Sol, una de las más importantes del país por conectar Ciudad de México con Acapulco.
Los disturbios que iniciaron este lunes en Chilpancingo, la capital de Guerrero, continuaron por la movilización organizada por el grupo delictivo Los Ardillos tras la detención de dos líderes de esta agrupación, según lo confirmó el Gobierno de México por la mañana.
La actividad económica y de servicios sigue paralizada en el estado, conocido por ser uno de los que tienen mayor presencia del crimen organizado.
El bloqueo se reactivó a las 8.00 hora local (14.00 GMT) con pobladores y vehículos que se apostaron en la vía de cuota.
Dos horas después, un grupo con un vehículo blindado robado de las autoridades se dirigió a un diálogo al Palacio de Gobierno de Guerrero, encabezado por el secretario general de Gobierno, Ludwig Reynoso Núñez.
Del grupo de manifestantes, ingresaron más de 50 comisarios, quienes aprovecharon para manifestar sus peticiones.
No obstante, el que se autoidentifica como vocero, Guillermo Matías Marrón, advirtió a los funcionarios que de ellos depende que sus compañeros retenidos sigan ahí.
Horas antes, la secretaria de Seguridad del Gobierno de México, Rosa Icela Rodríguez, reconoció que están retenidos cinco integrantes de la Guardia Nacional, cinco de la policía estatal, dos servidores de la Secretaría de Gobierno del estado de Guerrero y un funcionario de la Secretaría de Gobernación federal.
La secretaria de Seguridad expresó que el Gobierno busca el diálogo, pero Matías Marrón avisó que “no hay prisa” y que ya hay comunicación para que lleguen más pobladores a apoyar las protestas.
En tanto, la Secretaría de Educación de Guerrero ha recomendado suspender clases y fin de cursos escolares hasta que se solucione el conflicto.
Las protestas comenzaron la semana pasada tras la detención de dos transportistas que vinculados a proceso por la Fiscalía General de la República por portación de armas y droga, y que de acuerdo con autoridades es el trasfondo de las movilizaciones.
El caos en Guerrero refleja una ola de violencia en el sur de México, donde apenas el pasado 27 de junio, criminales secuestraron a un grupo de 16 funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública en el estado de Chiapas, aunque los liberaron días después.