Washington, 29 jun (EFE).- El Tribunal Supremo de Estados Unidos acabó este jueves con la discriminación positiva por temas raciales en las universidades, al opinar que Harvard y la Universidad de Carolina del Norte violaron la Constitución al utilizar la raza como un factor en el proceso de admisiones.
La opinión fue escrita por el presidente del alto tribunal, el juez John Roberts, y apoyada por los cinco magistrados conservadores. Las tres juezas progresistas se opusieron.
“Muchas universidades han (…) concluido, erróneamente, que la piedra angular de la identidad de un individuo no son los desafíos superados, las habilidades construidas o las lecciones aprendidas, sino el color de su piel. Nuestra historia constitucional no tolera esa decisión”, se puede leer en la sentencia.
Aun así, el fallo destaca que nada prohíbe que las universidades consideren cómo la experiencia de un estudiante con el racismo ha afectado a su vida en el proceso de admisión, pero siempre de manera individual.
En concreto, los jueces consideran que el proceso de admisiones de Harvard y la Universidad de Carolina del Norte, dos de las instituciones más longevas del país, violan la decimocuarta enmienda de la Constitución, que garantiza la igualdad ante la ley.
En el caso de Carolina del Norte, la acusación argumentaba que la política de admisiones era discriminatoria contra los candidatos blancos y asiáticos frente a los afroamericanos, hispanos y nativos americanos, mientras que en el de Harvard, un grupo de estudiantes asiáticos denunciaron el uso de criterios subjetivos para limitar el número de candidatos aceptados.
La jueza progresista Sonia Sotomayor, que históricamente ha defendido la capacidad de las universidades para considerar la raza en el proceso de admisiones, escribió en su opinión de disentimiento que la decisión de los magistrados conservadores “revierte décadas de precedentes y de importante progreso”.
“La igualdad de oportunidades en la educación es un requisito previo para conseguir la igualdad racial en nuestra nación”, defendió.
La jueza afroamericana Ketanji Brown Jackson, en su propia opinión de disentimiento, dijo que “considerar que la raza es irrelevante en la ley no hace que sea así en la vida”.
Sin embargo, el juez Clarence Thomas, también afroamericano y uno de los más conservadores de la corte, acusó a Jackson en una opinión concurrente de considerar que “todos los resultados en la vida se pueden atribuir sin ninguna duda a la raza”.
La discriminación positiva cobró especial importancia en el país durante el movimiento de defensa de los derechos civiles de los afroamericanos y el fin de la segregación racial en las escuelas en la década de 1950.
El Supremo había protegido desde 1978 el derecho de las universidades a considerar la raza como un factor en el proceso de admisión, aunque de forma limitada.
En el fallo de este jueves, sin embargo, el tribunal considera que a los programas de admisiones de Harvard y la Universidad de Carolina del Norte “les faltan objetivos suficientemente dirigidos y medibles que justifiquen el uso de la raza” y que “utilizan la raza de forma negativa, empleando estereotipos”.
En un comunicado criticando la decisión, la ex primera dama estadounidense Michelle Obama dijo que su corazón “se rompe por cualquier joven que se esté preguntando qué le depara el futuro -y qué tipo de oportunidades se les abrirán”.