Ciudad de México, 12 jun (EFE).- Cuando agarra su guitarra caoba y de ella empiezan a salir una combinación de blues, dream pop y regional mexicano, que convino en llamar “sierreño dream”, Jorge Luis Justo (Guadalajara, 1998) se convierte en George Rhoads, uno de los músicos que están renovando la música tradicional de México y llevándola más allá de sus fronteras.
El “sierreño dream”, nuevo género que se mueve entre el amplísimo espacio musical que hay entre The Beatles y el mexicano Armando Manzanero, combina “el lado romántico y sensible del regional” y la lírica pop.
“Estoy intentando revocar del regional cosas como el amor posesivo y tóxico, y que las letras no hablen de asuntos bélicos. Es darle totalmente la vuelta”, explicó Justo en entrevista con EFE.
Los corridos tumbados, otro de los nuevos géneros que beben de la música tradicional mexicana, también están personificados en artistas jóvenes como Peso Pluma o Natanael Cano.
Sus letras y ritmos, que están triunfando en todo el mundo, son más descarnadas y no rehuyen del sexo, las drogas y el crimen.
A contracorriente de este popular estilo nació el “sierreño dream”.
“Empecé como a consumir todo el movimiento de los corridos tumbados y esta onda bélica, y vi que faltaban varios eslabones en los cuales, por mis influencias, mi naturaleza y mi contexto geográfico, podía aportar”, recordó.
Lejos de ser tradicionalista, Justo ha convertido su género musical en un cajón de sastre.
En su sencillo “Torre de Control”, que anticipa un nuevo disco que saldrá el próximo 6 de julio, se superponen los sintetizadores y los ritmos de guitarra propios del norte de México, sin que eso suponga un debate entre la modernidad y la tradición.
“Me gustaría ser de esos artistas que tienen un montón de géneros y que el único factor que los une es la voz, la lírica y el cantante”, reconoció.
EL REGUETÓN ABRIÓ EL CAMINO
El reciente éxito de la música mexicana, mucha de ella con fuerte arraigo a la tradición del país, es incontestable: cuatro de las cinco canciones más escuchadas en el mundo, según la plataforma Spotify, son de artistas mexicanos.
El quinto en discordia es el reguetonero puertorriqueño Bad Bunny, una supremacía total de la música en español para la que Justo tiene una explicación.
“Siento que esto está sucediendo gracias al reguetón, porque abrió el campo a que canciones en español encabezarán las listas, preparó a las masas, al público, a agarrarle cariño al español”, subrayó el cantante mexicano.
Otros mexicanos que exportan sus característicos ritmos de guitarra y están renovando el regional, a los que Justo dijo admirar, son Danny Lux o los miembros de Yahritza Y Su Esencia.
CREAR EN TIEMPOS DE TIKTOK
Si hay algo que ha ayudado a los artistas de México a traspasar las fronteras, y no únicamente la estadounidense, es el poder de las redes sociales.
Del mismo modo que jóvenes mexicanos escuchan en sus teléfonos el popular K-Pop, a Corea del Sur también llega el regional.
“El otro día platicaba (conversaba) con las personas de TikTok y nos comentaban que en Corea están escuchando un montón a Fuerza Regida (que tocan regional). Va a ser real que artistas de la nueva ola podamos tocar en Asia y cosas así, porque más allá del lenguaje, la música puede crear empatía con el solo hecho de la textura musical”, incidió el natural de Guadalajara, en el occidental estado de Jalisco.
Aunque no rechaza su poder, Justo admite que la influencia de las redes sociales puede ser dañina para la creación artística.
“De repente le puede llegar a hacer daño al contenido lírico, porque todo es tan rápido”, consideró.
También, defendió el mexicano, se han bajado los estándares musicales de los artistas, hasta el punto de que, en unos años, “será un lujo saber cantar o tocar la guitarra”.
“Hay buenos artistas que no tocan nada, no saben nada, pero son súper buenos viendo todo lo que está pasando y plasmándolo, y para mí son iguales a los que estudiaron en conservatorio y tienen Grammys. No me gusta tener el pensamiento tradicional, no hay que asustarse de lo que está pasando”, ahondó.