Ciudad de México, 24 may (EFE).- Tras más de cinco años de la desaparición de Pamela Gallardo y el mismo tiempo de lucha incansable de su madre, María del Carmen Volante, por saber de su paradero, las autoridades mexicanas realizan una búsqueda en el Ajusco, en el sur de la Ciudad de México, junto con familiares y voluntarios, quienes denunciaron que fue una simulación.
“No fue una búsqueda, fue un paseo”, declaró a EFE la madre de la joven.
El 5 de noviembre de 2017, Pamela acudió al festival de música Soul Tech que se celebraba en el Ajusco, una zona montañosa y volcánica, y no regresó a casa. Las investigaciones apenas han avanzado después de cinco años y medio y las autoridades se muestran reticentes a incluir pistas o pruebas que la familia ha ido encontrando.
María del Carmen camina por toda la ciudad, acude a cuantas oficinas de Gobierno es necesario e interpone todo tipo de quejas y peticiones. Y ahora, después de años suplicando que busquen a su hija en una de las zonas cercanas al lugar donde desapareció, las autoridades no dieron la talla.
Ella llegó el martes junto a otras madres, colectivos, voluntarios y periodistas a la zona. También miembros de la Comisión de Búsqueda de la Ciudad de México, antropólogos y peritos.
Mirando a la inmensidad del Ajusco, le pregunta a Pamela: “Hija, ¿dónde estás?”.
Las lágrimas de una madre que no sabe nada de su hija se unen a las de frustración al darse cuenta de que los miembros de la Guardia Nacional, los binomios caninos y los bomberos no estaban en la zona, a pesar de que la Comisión de Búsqueda había asegurado que llegarían.
Además, al iniciar el trabajo en campo vio que el trabajo previo a la búsqueda tampoco había sido realizado. Las zonas de búsqueda no están delimitadas, en un terreno inmenso e inabarcable para las poco más de 40 personas que acudieron al llamado.
SIETE MESES DE PREPARACIÓN
“El día de hoy se había estado preparando durante los últimos siete meses. Nosotros observamos que había falta de preparación a pesar de que las autoridades habían afirmado que se encontraban todas las autoridades convocadas”, dijo Alan Piñón, abogado de la familia Gallardo Volante, al final de la jornada de búsqueda, que empezó alrededor de las 9.00 hora local (15.00 GMT) y terminó sobre las 13.00 (19.00 GMT) debido a la lluvia.
María del Carmen añadió que era “importante” subir a la zona donde se realizaron las labores de búsqueda pero aseguró que la Comisión de Búsqueda no hizo las delimitaciones requeridas, que se inició tarde la jornada y que terminó pronto por la presencia de precipitaciones.
Aun así, las personas voluntarias y los familiares trataron de focalizar los esfuerzos en buscar prendas de ropa, cavar en las zonas de tierra fresca y registrar zonas sospechosas.
Divididos en tres grupos, los buscadores peinaron la mayor cantidad de terreno posible pero tanto Piñón como María del Carmen indicaron que eso no es suficiente para descartar la zona, a pesar de que este miércoles continúa la búsqueda.
“Las autoridades dirán que la búsqueda ya se realizó, que el terreno se encuentra totalmente peinado. Pero por supuesto que estas acciones que se realizaron hoy no constituyen una acción de búsqueda exhaustiva, oficiosa, con debida diligencia ni con perspectiva de género”, declaró el abogado.
LLUVIA, CANSANCIO Y FRUSTRACIÓN
El final de la jornada del martes, con abundante lluvia y mucho cansancio, se vivió con frustración entre los presentes, que aseguraron que hubo falta de voluntad por parte de la Comisión de Búsqueda y de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México.
“Es una simulación es para cansarnos, no le toman importancia a las personas que viven en la búsqueda”, sentenció María del Carmen.
En México, 112.000 personas permanecen desaparecidas o no localizadas desde que hay registro. Desde hace décadas, la crisis de personas desaparecidas en México ha ido creciendo y haciéndose más notable en la agenda pública y en los pendientes del país, pero la respuesta del Gobierno, según las organizaciones de familiares, no ha estado a la altura.
Mientras se exigen soluciones, madres, padres y otros familiares de personas desaparecidas van falleciendo sin haber localizado a sus allegados.