Washington, 23 may (EFE).- Estados Unidos pidió de nuevo este martes a Rusia la liberación “inmediata” del periodista Evan Gershkovich, de The Wall Street Journal, acusado de espiar a una empresa militar rusa en el contexto de la guerra en Ucrania.
La Justicia rusa prolongó este mismo martes hasta el 30 de agosto el arresto de Gershkovich, detenido a finales de marzo pasado en Ekaterimburgo, capital de la región de los Urales.
“Pedimos una vez más a Rusia que cumpla con su obligación de facilitarle acceso consular”, reivindicó el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller, en rueda de prensa.
Asimismo, Miller exigió la liberación “inmediata” del exinfante de marina Paul Whelan, encarcelado desde hace cuatro años y también acusado de espionaje.
El funcionario estadounidense defendió que EE.UU. ha incidido públicamente en varias ocasiones en el caso para que Rusia cumpla “con sus obligaciones consulares” y libere tanto a Gershkovich como Whelan.
También recordó que el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, conversó el pasado mes de abril con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, para exigir su liberación.
“La detención ilegal de estadounidenses es una de las principales prioridades de este departamento”, añadió Miller, que también lo catalogó como una “prioridad” para el presidente estadounidense, Joe Biden.
A su vez, apuntó que durante el mandato de Biden se ha conseguido el retorno de más de 24 estadounidenses “detenidos injustamente”, algo por lo que seguirán trabajando “con todas las herramientas” que estén a su alcance.
El mes pasado, el Tribunal Urbano de Moscú rechazó la apelación contra el arresto del corresponsal estadounidense de WSJ y le mantuvo dos meses en prisión preventiva.
Entonces, al tribunal acudió la embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynne Tracy, que pudo visitar por única vez a su conciudadano tras recibir la autorización de Moscú.
En cambio, el Ministerio de Exteriores ruso volvió a negar la pasada semana la visita consultar solicitada por la Embajada de EE.UU. en respuesta a las sanciones adoptadas contra Rusia por la guerra en Ucrania.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) acusó formalmente de espionaje al periodista estadounidense el pasado día 7 de abril por recabar datos sobre las actividades de una empresa de la industria militar rusa, los cuales son considerados como secreto de Estado.