Ciudad de México, 23 may (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconoció que habló con el subsecretario de Derechos Humanos de su Gobierno, Alejandro Encinas, acerca del espionaje que presuntamente sufrió, aunque negó que fuese llevado a cabo por el Ejército.
“Me lo comentó y le dije que no le dé importancia, porque no había ninguna intención de espiar”, expuso en su rueda de prensa diaria.
El pasado lunes, el periódico estadounidense The New York Times publicó un reportaje en el que, citando varias fuentes en contacto directo con Encinas, aseguró que este había sido víctima de espionaje con el sistema Pegasus por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
López Obrador reconoció que Encinas le comunicó que había sido contactado por el diario neoyorquino para consultarle si había sido espiado y que el funcionario, adscrito a la Secretaría de Gobernación (Segob), contestó que “probablemente sí”.
No obstante, negó que el posible espionaje fuese realizado por el Ejército.
“Nosotros no espiamos, no somos iguales, y no torturamos y en este Gobierno no hay masacres como había anteriormente y se respetan los derechos humanos”, alegó el mandatario mexicano.
No obstante, The New York Times expone, como ya hizo anteriormente, que el Ejército “es la única entidad en México con acceso a este programa de espionaje”, y que ha espiado más teléfonos que ningún otro cliente en el mundo.
Solo las agencias gubernamentales, y no los individuos, pueden comprar Pegasus, una herramienta de software desarrollada por la empresa israelí NSO que permite infiltrar un teléfono y tener acceso al historial digital completo de un individuo, incluyendo todas sus conversaciones.
De confirmarse el suceso, Encinas se convertiría en el más alto cargo gubernamental en ser espiado, después de que el medio de comunicación estadounidense denunciase hace semanas que defensores de derechos humanos también han sido espiados por el Ejército mexicano.
La buena relación personal y política entre López Obrador y Encinas no ha impedido que se produjeran entre ellos varios desencuentros, sobre todo por el papel de las Fuerzas Armadas en distintos abusos y atropellos.
La última infiltración en el teléfono de Encinas se produjo, según el reporte, el pasado año mientras dirigía una comisión de la verdad para esclarecer el secuestro y desaparición de 43 estudiantes en 2014, unos hechos que llevaron a Encinas a apuntar a la responsabilidad del Ejército.
También dos funcionarios más que trabajaban con Encinas sobre el papel de las Fuerzas Armadas han sido víctimas de este espionaje a través de sus celulares, siempre de acuerdo al diario.
Como en otras ocasiones en los que su Gobierno ha sido acusado de este tipo de asuntos, López Obrador denunció que él fue víctima de espionaje por parte de los anteriores presidentes y acusó a los medios estadounidenses y mexicanos de no denunciar los hechos por aquel entonces.