Los Ángeles (EE.UU.), 22 may (EFE).- A una milla de altitud (1.608 metros, concretamente) se encuentra Denver, una ciudad que en el deporte estadounidense es conocida por ser un reto peliagudo para los no acostumbrados a jugar a semejante elevación
Y a solo un paso del cielo de la NBA se encuentran ahora los Nuggets del extraordinario Nikola Jokic, que este lunes cerraron una fabulosa barrida ante Los Angeles Lakers de LeBron James (4-0) y se clasificaron así para las primeras Finales de su historia.
Tras casi medio siglo en la NBA, los Nuggets solo habían llegado a cuatro finales del Oeste y en todas ellas fueron eliminados (tres de ellas, además, ante los Lakers).
Pero estos Nuggets han dejado atrás los fantasmas del pasado, fueron el mejor equipo de la Conferencia Oeste y ahora esperan rival en la búsqueda de su primer anillo, que probablemente serán los Miami Heat de Jimmy Butler (3-0 en la final del Este ante los Boston Celtics, un margen que jamás se ha remontado en la historia de la liga).
La clasificación de Denver para las Finales tuvo un toque emotivo extra ya que llegó el mismo día en el que Carmelo Anthony, uno de los jugadores más importantes en vestir la camiseta de los Nuggets, anunció su retirada.
JOKIC Y MURRAY, UN DÚO EXQUISITO
Pocos jugadores más especiales que Jokic se han visto en una cancha de baloncesto.
El ganador de dos MVP (2021 y 2022) es uno de los pívots más habilidosos e inteligentes de todos los tiempos y es capaz de anotar con fascinante facilidad en la pintura y en el perímetro.
Pero sobre todo destaca por su increíble visión y su maravillosa destreza para asistir a sus compañeros pese a su 2,11 de estatura y un físico poco exuberante frente a las habituales torres de músculos de la NBA.
El serbio había acumulado varias decepciones en los playoff pero en estas eliminatorias se está saliendo y promedia un triple-doble por encuentro (espectaculares 29,9 puntos, 13,3 rebotes y 10,3 asistencias de media) con un impactante 53,8 % en tiros de campo y 47,4 % en triples.
Además, Jokic ya lleva ocho triples-dobles en estos playoff y superó así el récord de Wilt Chamberlain (siete en 1967).
El pívot afrontaba un duelo muy importante ante Anthony Davis en los Lakers pero se impuso con algunas actuaciones memorables como la del primer encuentro (34 puntos con 12 de 17 en tiros, 21 rebotes con 6 de ellos ofensivos y 14 asistencias).
Al lado de Jokic ha deslumbrado Murray, todo un premio para un jugador que se rompió el ligamento cruzado anterior en 2021, que se perdió todo el curso 2021-2022 y que este año ha vuelto a lo grande.
Consolidado como uno de los anotadores más explosivos de la liga, Murray promedia 27,7 puntos por encuentro en los playoff, ha dejado recitales majestuosos como los 23 puntos en el último cuarto del segundo partido ante los Lakers, y forma con Jokic un duelo exquisito y muy compenetrado de bajo y alto, de jugador de perímetro y de interior.
UN PROYECTO COCINADO A FUEGO LENTO
Para entender el éxito de estos Nuggets hay que mirar a su banquillo, ocupado desde 2015 por Michael Malone, y apreciar un proyecto cocinado a fuego lento.
Aunque bajo la dirección de Malone no se clasificaron para las eliminatorias en sus tres primeros cursos, en 2019 iniciaron una racha que todavía mantienen de cinco años seguidos metiéndose en la postemporada.
Estuvieron muy cerca de la gloria en la ‘burbuja’ de 2020, pero los Nuggets sucumbieron en la final del Oeste ante los Lakers que posteriormente se proclamarían campeones.
Sin embargo, este año han dado forma a un bloque muy sólido, maduro, físico y equilibrado en todas las facetas del juego.
No solo es un conjunto de dos estrellas ya a que su lado han brillado la potencia en el interior de Aaron Gordon, la defensa y la precisión de Kentavious Caldwell-Pope, la aportación decisiva de Michael Porter Jr. o la efervescencia desde el banquillo de Bruce Brown Jr.
Por el camino, antes de aplastar a los Lakers (4-0), eliminaron también con mucha solvencia y autoridad a los Minnesota Timberwolves (4-1) y a los Phoenix Suns de Kevin Durant y Devin Booker (4-2).
Solo cuatro triunfos separan ahora a Denver de la gloria del título y para eso cuentan con su bastión de “la ciudad de una milla de altura” ya que todavía no han perdido en Denver en estos playoff.
David Villafranca