Naciones Unidas, 27 abr (EFE).- El Consejo de Seguridad de la ONU pidió este jueves a los talibanes revocar las políticas y prácticas que limitan los derechos de las mujeres y niñas en Afganistán y condenó su decisión de vetar el trabajo a las afganas empleadas por Naciones Unidas.
El texto, que venía copatrocinado por más de noventa países, fue aprobado por unanimidad -algo raro últimamente en las sesiones del Consejo- y responde directamente a ese veto a las trabajadoras de la organización, decretado este mes por los talibanes, un decreto que “socava los derechos humanos y los principios humanitarios”, dice la resolución.
El texto pide a los talibanes que “rápidamente den marcha atrás a las políticas y prácticas que restringen a niñas y mujeres el disfrute total de sus derechos humanos y sus libertades fundamentales”, e insta a los estados miembros a “usar toda su influencia para promover la rápida revocación de esas prácticas y políticas”.
Japón y Emiratos Árabes Unidos fueron los impulsores de la resolución, que negociaron en las últimas semanas con el resto de países para encontrar un documento de compromiso.
Las potencias con poder de veto en el Consejo de Seguridad mantienen importantes diferencias sobre cómo gestionar la situación en Afganistán: EE.UU., Francia y el Reino Unido abogan por una posición más firme en cuanto a las exigencias de respeto a los derechos humanos, mientras que China y Rusia dan más importancia a mantener abierta una relación con los talibanes dar respuestas a la aguda crisis económica en el país.
Desde que los talibanes se hicieron con el poder, la ONU ha continuado operando en Afganistán para tratar de apoyar a la población y manteniéndose en contacto con el grupo radical, buscando siempre un cierto equilibrio en sus declaraciones para defender sus principios y, a la vez, mantener vías de comunicación con ellos.
La Secretaría General de la organización, sin embargo, ha criticado repetidamente los ataque a los derechos de la mujer y ha calificado de “inaceptable” e “inconcebible” el veto a las trabajadores afganas, que considera imprescindibles para el suministro de ayuda humanitaria y otras operaciones clave.
El pronunciamiento hoy del Consejo de Seguridad llega mientras se prepara una reunión internacional la próxima semana en Doha sobre Afganistán, en la que Naciones Unidas y los representantes de varios países discutirán la situación en el país y cómo tratar con los talibanes.