Los Ángeles (EE.UU.), 25 abr (EFE).- Moctesuma Esparza es, entre otras muchas cosas, un productor de cine mexicoamericano que ha trabajado con figuras como Robert Redford, ayudó a “levantar” la carrera de Jennifer Lopez como actriz y cuenta con tres películas dentro del selecto archivo de la Biblioteca del Congreso de EE.UU..
Y es que su filme “La Balada de Gregorio Cortés” (1982) fue incluida recientemente en el grupo de 85 cintas que alberga el Registro Cinematográfico Nacional, sumándose así a otras dos que produjo y también fueron condecoradas: “Réquiem-29” y “Selena” (1997).
Un hito que enorgullece al propio Esparza (Los Ángeles, 1949), consciente de las complejidades que el sector del cine en EE.UU. presenta para los que, como él, son hijos de inmigrantes mexicanos.
“Hollywood es una industria racista -siempre lo ha sido- que sigue sin abrirse al talento latino”, sentenció con la mayor rotundidad posible el también empresario durante una entrevista con EFE en su oficina, ubicada en la ciudad de Pasadena (Condado de Los Ángeles, EE.UU.).
Esparza es conocido en el mundo del cine como una persona con fuertes convicciones que ha mantenido un marcado perfil ligado al activismo durante toda su trayectoria.
“Estamos mucho peor que hace seis décadas, antes representábamos el 5 % de la población de Estados Unidos y en Hollywood éramos alrededor del 3 %. Ahora, alcanzamos el 20 % de la sociedad y tan solo el 5 % de la industria”, aseguró el productor, que sigue apostando por un cambio drástico en el sector.
“NO PODRÍA MENCIONAR UN SOLO ACTOR LATINO QUE ESTÉ EN LA CUMBRE”
Para el también dueño de la cadena llamada Cines Maya, actualmente no hay un solo actor de descendencia latina que esté entre los favoritos para liderar grandes producciones.
No quiere hablar de nombres como Penélope Cruz o Javier Bardem. Esparza pregunta al entrevistador qué intérprete de origen latinoamericano se ubicaría hoy en la “cumbre de Hollywood”.
“Se lo digo yo, ninguno. No podría mencionar ninguno. Ha habido un gran retroceso. Antes, había al menos una docena de caras conocidas que podían tomar estos papeles”, añadió con celeridad.
Ricardo Montalbán, Anthony Quinn, César Romero, Gilbert Roland, Fernando Lamas, Rita Hayworth, Katy Jurado o Dolores del Río, nombró de corrido para apostillar que hoy, en su mayoría, los roles están “estereotipados”.
Como miembro del Consejo Ejecutivo de la Escuela de Teatro, Cine y Televisión de la Universidad de California (UCLA), Esparza reconoció que gran parte del problema procede de la falta de acceso de jóvenes latinos, en ocasiones de bajos recursos, a centros de formación audiovisual donde desarrollar su creatividad.
En esta línea, sostuvo que incluso en la ciudad de Los Ángeles, donde casi la mitad de la población tiene raíces latinas, las nuevas generaciones “desconocen su contexto y de dónde vienen” porque “no se les enseña” su historia.
“Algunos siguen sintiendo complejo de hablar en español. (…) Los mexicanos de cualquier color sufren porque representan su cultura y su idioma”, expresó el cineasta, que consideró “latentes” las “consecuencias” de la guerra entre México y Estados Unidos (1846-1848).
“Los vencedores siguen oprimiendo a los perdedores”, sintetizó.
Aunque, desde su visión, el “racismo” y las “barreras” de Hollywood suponen incluso una estrategia poco inteligente para la industria debido al “gran interés” de los latinos por el cine.
“Suponemos más del 25 % de la taquilla de Estados Unidos y representamos el 20 % de la población (…) Están perdiendo dinero”, manifestó el fundador de los Cines Maya en 2005, una empresa que actualmente tiene 88 salas distribuidas en 6 localizaciones diferentes.
MÁS FÁCIL TRIUNFAR EN OTROS PAÍSES Y LLEGAR A HOLLYWOOD
Ante estas complejidades, Esparza resaltó que resulta más fácil que los profesionales latinos se formen en sus países y luego, tras ser laureados, den el salto a Hollywood.
Es el ejemplo de “los tres amigos”, dijo en referencia a Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, que representan el 17 % de todas las victorias hispanas en la historia de los Óscar.
Desde las distintas vertientes que engloba su carrera, Esparza continúa pugnando por tratar de abrir ese espacio para que lo latino deje de suponer un estigma social para muchos.
“Todo cambia, yo lo creo así”, opinó el reconocido productor, sabedor de que el cine es la mejor herramienta para conseguirlo porque “penetra en el subconsciente, nos modifica el cerebro y, encima, pagamos por ello”.
Guillermo Azábal