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Tucson (AZ), 18 jul (EFE).– Con “La Tiendita de Motita” cinco maestras cambiaron de profesión y ahora ingresaron al negocio de la marihuana en Nuevo México, pero dicen que seguirán educando sobre sus usos para acabar con los “estereotipos” dentro de la comunidad latina, que la asocia mayormente con la adicción.
“Todo comenzó durante una plática entre amigas. Algunas ya habían renunciado a su trabajo y estábamos hablando sobre qué hacer, y entre juegos hablamos sobre la posibilidad de abrir un dispensario y así comenzó todo”, dijo a Efe Laura Legarda, maestra de escuela secundaria.
Diversos motivos llevaron a estas maestras, varias de ellas de origen hispano, a dejar las aulas, en las que en conjunto había trabajado durante más de cinco décadas.
En el caso de Legarda, ella indicó que deseaba hacer un cambio a su vida, y aunque desconocía por completo todo el proceso detrás del negocio de la venta de cannabis, en los últimos meses ha tenido que aprender mucho sobre los diferentes tipos, propósitos y beneficios de cada producto.
El propósito del grupo no sólo es obtener un beneficio económico al establecer el dispensario, sino también “educar” a la comunidad, principalmente a los latinos, muchos de los cuales aún consideran el consumo de la marihuana como algo negativo.
“Uno aprende desde chico que es algo malo. Sin embargo, no es algo malo; es una planta natural”, expuso Legarda.
En abril pasado entró en vigor una ley estatal que legalizó la compra y venta de marihuana recreativa en Nuevo México.
De acuerdo con la regulación, todo adulto mayor de 21 años puede comprar hasta dos onzas de marihuana en dispensarios aprobados. También pueden adquirir hasta 16 gramos de extracto de cannabis o hasta 800 miligramos de cannabis comestible.
“Muchas veces nuestros abuelos, nuestros padres, creen que la marihuana es algo malo. Por eso queremos educarlos”, apuntó Legarda, hija de padres mexicanos.
Indicó que hay mucha gente que utiliza la hierba para aliviar problemas como artritis, síntomas relacionados con el cáncer, ansiedad o dolor crónico.
El grupo decidió que el nombre del dispensario fuera en español para reflejar la influencia de la comunidad latina en Nuevo México. “Motita” es diminutivo de “mota”, término popular con el que es conocida la marihuana en la comunidad latina.
“Este nombre nos ayudó a escogerlo mi madre”, dijo a Efe Mary Jean García.
Sostuvo que su propósito personal al participar en este negocio es compartir el conocimiento de los ancestros.
“PLANTA MILAGROSA”
“En mi casa, mi abuela utilizaba la marihuana como remedio casero. La ponía dentro de un contenedor de cristal con alcohol y lo utilizaba cuando alguien se lastimaba,” relató.
García, quien fue maestra por 13 años, aseguró que nada la ayudó cuando sufrió de ansiedad durante muchos años, hasta que optó por la marihuana medicinal.
“Es una planta milagrosa; cambió mi vida para siempre. Desafortunadamente todavía hay mucha ignorancia y estigma contra su uso y a quienes la consumimos nos llaman mariguanos”, dijo.
Señaló que todavía hay mucha gente que asocia el consumo de la marihuana con una adicción y con el crimen, por lo que una de sus metas es cambiar ese estereotipo.
El dispensario comenzará a operar a fines de julio en la ciudad de Albuquerque.
Los conocimientos y técnicas que las maestras aprendieron en su profesión ahora los aplicarán a su nuevo negocio, en primer lugar informándose correctamente sobre la funciones de cada producto que tendrán a la venta, incluyendo aceites y comestibles.
“Tenemos el espacio en la tiendita quizás para en el futuro implementar algún tipo de clases para la comunidad sobre los beneficios del consumo de la cannabis”, dijo García.
Las maestras, que se conocieron en la escuela South Valley Prep de Albuquerque, reconocen que quizá no todos entiendan su decisión de dejar las aulas para adentrarse en esta industria.
“Dejar el salón de clases fue la decisión más difícil de mi vida. Yo no me veía haciendo otra cosa; sin embargo, nos unimos bajo la idea de educar a la comunidad sobre el cannabis y dijimos ‘Vamos a hacerlo’”, refirió García.
Indicaron que hasta el momento la respuesta de la comunidad ha sido muy positiva, y en general han recibido un gran apoya para abrir su negocio.
Abrir el dispensario es un cambio radical a sus vidas, y están poniendo todos sus recursos económicos, incluyendo ahorros y planes de retiro, en su nueva aventura.
Los planes a largo plazo de las nuevas empresarias incluyen poder cultivar su propia marihuana.
El estado de Nuevo México estima que únicamente durante el primer año la venta de marihuana recreativa generará ingresos por cerca de 318 millones de dólares y más de 11.000 empleos.
La marihuana recreativa es legal en 19 estados, y 36 permiten en uso medicinal de la hierba.
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