Washington, 23 feb (EFE).- El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, consideró este jueves que “lo último” que necesita el presidente ruso, Vladímir Putin, es que la guerra se amplíe forzando la intervención de la OTAN.
Esa es la razón, según argumentó en un panel de la revista The Atlantic, de que en ciertos momentos de la ofensiva que hicieron saltar las alarmas no se cumplieran los peores augurios de los aliados.
“Ha habido momentos en los que la preocupación se acrecentó. Por ejemplo, cuando los ucranianos contraatacaron en primavera y tuvieron un éxito significativo. Hubo palabras por parte de Moscú que sugerían que contemplaría el uso de armas nucleares tácticas”, dijo Blinken la víspera del primer aniversario de esa guerra.
Estados Unidos y otros países, añadió, hablaron directamente con sus homólogos rusos para dejar clara su “absoluta oposición” al uso de ese tipo de armamento.
“Lo último que necesita Vladímir Putin es una guerra más grande, una en la que se implique la OTAN”, apuntó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Al mismo tiempo, dejó claro que la ayuda que Estados Unidos brinda a Ucrania también tiene en cuenta la necesidad de no hacer escalar el conflicto.
“Nuestro apoyo a Ucrania es fundamental y estaremos con ellos el tiempo necesario. Pero no queremos tampoco dirigir esta guerra y ciertamente no queremos hacer nada que provoque una confrontación más amplia”, dijo.
En Ucrania, en cierta manera, agregó Blinken, ya ha habido una victoria por el hecho de que Rusia no ha conseguido su objetivo inicial de borrar la identidad del país como independiente y soberano.
El secretario de Estado recordó que Washington ya contaba con inteligencia que alertaba de los planes de Rusia y se aseguró antes de la invasión de febrero de que Ucrania tenía en sus manos “lo necesario” para repeler ese primer ataque.
Respecto a la ayuda que su país concede a Ucrania, subrayó, no hay que prever solo la entrega de armas, sino que hay que preguntarse también si Kiev puede usarlas de forma efectiva y si se pueden integrar en un plan coherente de batalla.
“No es tan sencillo como algunos dicen”, indicó Blinken, para quien será necesario asegurarse de que Rusia no está en condiciones de repetir maniobras similares “en un año o en cinco”, una vez que este conflicto acabe.