Ciudad de México, 15 feb (EFE).- El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, acusó este miércoles a la derecha en Latinoamérica de ser muy “racista” y muy “clasista” lo que, dijo, es su principal distintivo.
“Es una derecha, entre otras cosas, racista. Y eso es un distintivo de toda la derecha en América Latina y en el mundo, se sienten superiores, actúan de esa forma; y esto no solo son sectores medios o las élites económicas, sino también el periodismo y la intelectualidad”, dijo durante su rueda de prensa matutina.
Cuestionado por una periodista venezolana, López Obrador afirmó que en América Latina existe la “misma derecha” que en otras épocas, en particular de los tiempos de las dictaduras, pero opinó que “la actual es más simuladora”.
“La derecha de España es, sin duda, franquista, es la misma política solo que encubierta, con un discurso supuestamente democrático y en favor de la libertad. Y lo mismo pasa en Chile, ya no está (Augusto) Pinochet, pero sigue existiendo ese pensamiento, quienes representan la derecha en Chile actual son admiradores de Pinochet”, afirmó.
Aseveró que los conservadores en la región son “más simuladores” y “muy autoritarios”, pero sobre todo “muy racistas y muy clasistas”.
Explicó que las crisis políticas que han vivido países como Bolivia y Perú son ejemplo de cómo actúa la derecha e incluso señaló que lo ocurrido con el expresidente peruano, Pedro Castillo, quien fue destituido y encarcelado tras disolver el Congreso de aquel país, “fue un acto autoritario, antidemocrático, derechista”.
“Es equivalente a lo que eran antes los golpes de Estado militares, igual, nada más que con otros medios. Por ejemplo, hay golpes de Estado que se preparan en la actualidad con la manipulación mediática con el control que ejercen los grupos económicos, las oligarquías de los medios de información”, destacó.
Por ello, dijo, es urgente que exista una “renovación tajante” en los medios de comunicación, a los que acusó de estar cooptados y sometidos a las oligarquías.
No obstante, afirmó que en América Latina hay un “despertar ciudadano” aunque todavía existe resistencia de lo que él llama conservadurismo