Washington, 14 feb (EFE).- Más de 6.000 menores ucranianos, entre los cuatro meses y los 17 años de edad, han sido enviados por parte de Rusia a campos de reeducación o al sistema de adopción ruso, según un estudio del Laboratorio de Investigación de la Universidad de Yale dado a conocer este martes, financiado por el Departamento de Estado.
De acuerdo a ese estudio, Rusia ha mandado a más de 6.000 menores de Ucrania a esos campos u otras instalaciones desde el inicio de la invasión rusa del territorio ucraniano el 24 de febrero de 2022.
El experto Nathaniel Raymond, director ejecutivo de ese laboratorio estadounidense conocido en inglés como Yale HRL, indicó en una rueda de prensa virtual que disponen de “pruebas” de que Rusia ha violado la Convención de Ginebra y “otros elementos” de la ley internacional sobre los derechos de los menores y su protección en un conflicto armado.
Según la investigación, Moscú retiene a los menores ucranianos en 43 centros, de los que 41 fueron utilizados en el pasado para campamentos de verano infantiles.
Raymond precisó, además, que “el 78% de esas instalaciones lleva a cabo alguna forma de reeducación de menores ucranianos, principalmente de zonas como Donetsk y Lugansk”, en el este Ucrania.
Agregó que hay otros menores que han confirmado que han sido puestos en el sistema de adopciones y en orfanatos rusos.
El experto llamó la atención sobre el alcance geográfico “masivo” de estas actividades rusas, porque los centros adonde son enviados los menores ucranianos están en varias partes, como en la península de Crimea -ocupada por Rusia-, Moscú, el mar Negro y Siberia.
E incluso hay una instalación de ese tipo en Magadan, en la costa rusa del Pacífico, “más cerca del EE.UU. continental que de Moscú”, apuntó Raymond.
El experto explicó que hay dos grupos de menores: por un lado, están los procedentes de Donetsk y Lugansk, que constituyen el grueso de los 6.000 niños, cuyo número ha sido calculado en base a los informes sobre transferencias a los campos de reeducación.
El segundo pertenece a lo que Rusia denomina “evacuados” de Jersón, Járkov y Zaporiyia, que, según Raymond, está siendo puestos en el sistema de adopción ruso.
El experto estadounidense subrayó que han podido identificar unos 32 centros donde se están llevando a cabo “esfuerzos sistemáticos de reeducación” para “exponer” a los menores ucranianos a una educación militar, además de una enseñanza académica rusa y un patriotismo cultural.
Otra de las responsables del estudio de EE.UU., Caitlin Howarth, detalló que en lo que respecta al entrenamiento militar no se trata de menores sentados en un aula escuchando lo que dicen sus instructores, sino que consiste “en el manejo de armas de fuego”.
“Tenemos imágenes de vídeo y fotográficas de (los menores) pasando por vías con obstáculos, en entrenamiento físico, manejando vehículos y armas…”, enumeró.
Raymond concluyó que con estos actos Rusia está adoptando un enfoque global a nivel gubernamental para reeducar, reasentar y llevar a cabo adopciones forzadas de menores ucranianos.
“Esto es exactamente consistente con lo que supusieron algunos de los primeros juicios de nazis ante el tribunal de Nuremberg. No hay duda de que no existe confusión en la ley internacional: Las acciones de Rusia son ilegales y pueden constituir un crimen de guerra y contra la humanidad”, zanjó.