Washington, 8 feb (EFE).- El presidente estadounidense, Joe Biden, hablará este viernes durante su reunión con el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sobre la guerra en Ucrania, pero respetará cualquier decisión que tome al respecto, dijo este miércoles John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca.
Cualquier conversación sobre Ucrania entre los dos líderes ha despertado grandes expectativas porque Lula ha intentado mantener una posición de neutralidad y se ha negado a enviar armas a las fuerzas armadas ucranianas.
Lula, además, ha abogado por el diálogo y a finales de enero propuso crear un grupo -integrado entre otros por Brasil, la India y China- para mediar en el conflicto.
“El presidente Lula, democráticamente elegido por el pueblo de Brasil, es el que tiene que hablar por su país y tomar sus propias decisiones en consonancia con la fortaleza de sus propias instituciones democráticas”, afirmó Kirby en una comparecencia ante la prensa.
El portavoz argumentó que EE.UU. respeta y defiende la “soberanía” de Brasil como país independiente, de la misma forma en la que está ayudando a Ucrania a defender ese principio de soberanía nacional frente a la invasión rusa.
La reunión entre Biden y Lula se producirá el viernes en el Despacho Oval de la Casa Blanca con varios asuntos en agenda, como la defensa de la democracia, el medio ambiente y los derechos humanos, según han adelantado ambos gobiernos.
Pese a sus diferencias sobre Ucrania, el Gobierno de Biden está dando prioridad a su relación con Brasil, al que ve como un socio estratégico en la región.
De hecho, Estados Unidos fue uno de los primeros países en reconocer en octubre del año pasado la victoria electoral de Lula sobre el ultraderechista Jair Bolsonaro y los dos mandatarios, que ya se conocen de cuando el estadounidense fue vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), conversaron por teléfono solo un día después que se dieran a conocer los resultados electorales.
Además, EE.UU. fue uno de los primeros en condenar el ataque que miles de partidarios de Bolsonaro perpetraron el 8 de enero contra las sedes del Congreso, la Presidencia y el Supremo de Brasil.