Nueva York, 24 feb (EFE).- Con ocho victorias seguidas y una sensación imponente de poderío, los Boston Celtics doblegaron este sábado a los New York Knicks por 102-116 y dejaron claro en el Madison Square Garden cuál es la jerarquía de la NBA en estos momentos.
A la espera de que algún equipo levante la voz y se postule como candidato en serio, los Celtics son el gran rival a batir y los favoritos en solitario al anillo hasta el momento.
Los de verde no solo tienen el mejor balance de la liga (45-12) sino que además sacan ya 8 partidos de diferencia al segundo del Este, los Cleveland Cavaliers (36-19).
Además esta noche sumaron su cuarta victoria en cuatro encuentros esta temporada ante unos Knicks que apuntan a ser unos duros rivales en el Este pero que, pese a su meritoria y muy digna imagen ante Boston, siguen lastrados por lesiones importantes (Julius Randle, OG Anunoby y Mitchell Robinson).
Jaylen Brown (30 puntos y 8 rebotes) encabezó a un quinteto titular excelente y prácticamente infalible con Jayson Tatum (19 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias), Kristaps Porzingis (22 puntos), Derrick White (13 puntos y 6 asistencias) y Jrue Holiday (12 puntos y 6 asistencias).
El dominicano Al Horford (10 puntos y 7 rebotes) destacó como sexto hombre en unos Celtics con una puntería fabulosa (56,8 % en tiros de campo, 42,9 % en triples) y que dieron un golpe en la mesa en el tercer cuarto (26-35).
Por su parte, los Knicks, tras un enero glorioso (14-2) y pese a que fueron el equipo más audaz antes de la fecha límite de traspasos, han tenido muy mala suerte con las lesiones y llevan un pobre 3-6 en febrero (34-23 de balance, cuartos en el Este).
Jalen Brunson se echó el equipo a la espalda una vez más con 34 puntos y 9 asistencias, pero no encontró mucho apoyo en el resto de sus compañeros (Josh Hart fue el segundo máximo anotador con 16 puntos y aportó también 8 rebotes y 6 asistencias).
Brunson contra el mundo
Cualquier escenario de victoria para los Knicks pasaba por una versión superlativa de Brunson y el base se puso manos a la obra sumando 9 puntos en menos de 4 minutos.
Pero ni siquiera este arranque incendiario de Brunson asustó a los Celtics, que empezaron a repartir de forma muy equilibrada su anotación aunque Brown llevara la voz cantante en el inicio (17-18 con 5.47 en el reloj).
El partido se fue muy pronto al terreno de 'Brunson contra el mundo'. La figura de los Knicks, que entró al partido a tope de revoluciones, llegó a los 13 puntos en el primer cuarto, justo la mitad de su equipo en todo ese periodo.
Sin embargo, los Celtics, con 10 puntos de Brown, cerraron el primer acto por delante en el marcador (26-30).
La segunda unidad neoyorquina dio algo de oxígeno a los locales con aportaciones valiosas de Bojan Bogdanovic, Miles McBride y Alec Burks.
Pero la profundidad de los Celtics es inabarcable. Brown seguía en modo heroico, Tatum comenzaba a despertar y el resto (Porginzis, White y compañía) se turnaban para aparecer.
Los visitantes llegaron a tener un +10 en el segundo periodo, pero los Knicks resistieron y recibieron con los brazos abiertos el regreso a la pista de Brunson.
Además, Hart, con una canasta fantástica en el último segundo tras cruzarse la pista a toda velocidad, dejó a los locales pisando los talones a Boston al descanso (58-62).
Brown con 20 puntos y Brunson con 19 fueron los mejores al intermedio para Celtics y Knicks, respectivamente. Los de Joe Mazzulla se lucieron en ataque con un apabullante 66,7 % en tiros de campo en la primera mitad.
Explosión de triples
El triple ('solo' 6 de 14 en la primera parte) había sido una pequeña laguna de los Celtics. No perdieron el tiempo para corregirlo en la reanudación.
Tres triples seguidos metieron White, Porzingis y Tatum mientras Tom Thibodeau maldecía la suerte de los Knicks en la banda (66-73 con 8.24 por jugarse).
Eso solo fue el inicio del vendaval desde el perímetro que desataron los Celtics, que en ese tercer cuarto trituraron a los Knicks con un impresionante 9 de 13 en triples para un parcial total de 26-35.
Poco pudieron hacer los de la Gran Manzana para frenar semejante exhibición. Además, su reducida rotación y el desgaste extremo que provocan estos Celtics dejó a los Knicks con la gasolina muy justa.
De 20 puntos llegaron a perder en ese tercer cuarto, pero Brunson metió 13 puntos, se multiplicó para tapar todas las grietas de su equipo y permitió a los suyos llegar al desenlace todavía con vida (84-97).
Una canasta de Bogdanovic situó a los Knicks a solo 9 puntos y con la ilusión de una remontada épica en el último cuarto.
Pero, quizá por el cansancio, los Knicks se tropezaron entonces con varios errores, pérdidas de balón e imprecisiones que los Celtics, implacables e insaciables, les hicieron pagar muy caro hasta despegarse definitivamente en el marcador.
David Villafranca